Si hablamos de la cooperación al desarrollo en la coyuntura actual, podemos decir que, al terminar la década de los 90, se aprecia un consenso sobre la necesidad de revisar los esquemas de la misma. Esto no supone una novedad, ya que históricamente la cooperación se caracteriza por su permanente adaptación a las condiciones cambiantes. Lo que sí resulta novedoso en relación con anteriores momentos es que lo que ahora es cuestionado por muchos no se limita a las formas o mecanismos de la cooperación, sino que llegan a plantear su misma razón de existir. Sin embargo, la revisión profunda que se hace de la cooperación hay que entenderla dentro de otros dos procesos: a) la quiebra del pensamiento del desarrollo, y b) el fenómeno de la globalización.
En relación a esto, los datos muestran una realidad no del todo positiva. Las tendencias de las últimas décadas, especialmente a partir de la aceleración de la globalización neoliberal, muestran la agudización de las desigualdades, la aparición de nuevos procesos de empobrecimiento y la resistencia de la pobreza a disminuir, aun cuando haya aumentado el producto bruto mundial. Además, los fracasos en las predicciones de las recientes crisis por parte de los organismos multilaterales, así como la falta de acierto en la resolución de problemas centrales del desarrollo, les han hecho perder legitimidad y han levantado fuertes críticas sobre sus propuestas de políticas.
Es por ello que la progresiva aceptación del enfoque del desarrollo humano ha abierto un nuevo debate sobre los objetivos de la cooperación al desarrollo. El cambio de énfasis en la prioridad del crecimiento a las capacidades de las personas introduce nuevas perspectivas para dinamizar la cooperación. Temas como, por ejemplo, la participación, la igualdad entre hombres y mujeres, la desigualdad entre países y dentro de cada país, las libertades políticas y los derechos humanos, las instituciones globales y los bienes públicos mundiales, entre otros, muestran un horizonte amplio de cuestiones donde la cooperación al desarrollo encuentra un ámbito propio en la construcción de una sociedad internacional más justa.
Las inscripciones pueden realizarse hasta el 7 de septiembre.
El crecimiento exponencial de los recursos y los medios destinados a la solidaridad configura un nuevo ámbito laboral, que se equipara a otros también en cuanto a la selección de futuros profesionales y a los criterios de promoción profesional. Mediante este curso, se pretende dar a los alumnos las herramientas y los conceptos básicos del ámbito de la Cooperación Internacional, a fin de que puedan desarrollarse como profesionales cualificados dentro del así llamado “tercer sector”.
El curso está compuesto por dos momentos, en el primero: el CIESI proporciona el material objeto de estudio mediante el aula virtual. La plataforma contiene las ponencias de los profesores, una relación de preguntas de evaluación y estudios de caso, así como materiales de estudio adicionales. En esta fase de propondrá herramientas para la interacción entre los alumnos y el tutor. El segundo: como requisito para la finalización del curso los alumnos deberán elaborar un proyecto final. Para la realización del proyecto, deberán utilizarse los conceptos procedimientos aprendidos durante el curso.
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Fuente original: Centro Internacional de Estudios Interdisciplinarios
Fuente: Becas estudio
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