Ocho
presidentes en la historia de EEUU han sido emprendedores. En España,
ninguno. No tenemos buen caldo de cultivo ni cultura de iniciativa, pero eso
no puede parar las ideas ni su puesta en marcha.
Si Mitt Romney gana las elecciones
estadounidenses que se celebrarán dentro de dos martes, se convertirá en el
noveno presidente emprendedor de Estados Unidos, siempre que eliminemos de la
lista al agrimensor George Washington con sus plantaciones de Virginia y
aceptemos "George Bush" como "animal de emprendimiento".
Romney ha hecho de la capacidad para desarrollar
negocios el leit motiv de su campaña electoral, demostrando que los
emprendedores son un motor de crecimiento económico. Aquí en España, los
creadores de empresas también han sido citados como la gran esperanza de la
recuperación económica, con la promesa añadida de una Ley de Emprendedores
que aún no ha llegado.
Sin embargo, la historia de nuestro país no
presenta ni un solo presidente emprendedor y sí un sistema con una clase
gobernante que, en buena parte, debe su cargo sobre todo al cultivo de
relaciones personales y políticas.
Frente a otros escenarios con mucha más
iniciativa empresarial, España es el país europeo con mayor número de
políticos con cargos públicos por habitante de Europa. Se trata de un país
con un grave déficit de instrucción acerca del hecho de que es bueno crear
empresas. Brilla por su ausencia la cultura para montar una compañía, y
tampoco sobran los modelos a los que la gente se quiera parecer.
La inexistencia de un caldo de cultivo desde la
propia escuela nos ha llevado a estadísticas sorprendentes que han dado a
España la imagen de "país de funcionarios" –en 2010, se cifraba en
un 70% el porcentaje de quienes ansiaban esta seguridad laboral–, aunque la
crisis económica, los cambios en el mercado laboral y la evidencia de que el
trabajo para siempre se acabó han hecho crecer el porcentaje de aquellos que
desean crear su propio negocio como solución al paro y a la incertidumbre laboral.
Según los últimos datos del Global Entrepreneurship Monitor, la tasa de
emprendedores potenciales subió por segundo año consecutivo en España y
alcanzó el 9,37% en 2011.
Si la clase política no ayuda demasiado, tampoco
lo hacen las principales condiciones del entorno que afectan al proceso
emprendedor. Empezando por la educación y la ausencia de planes de fomento de
la creación de empresas en las escuelas, y siguiendo por el acceso a la
financiación: hay poco capital inteligente, que no valora ni cree que el
emprendimiento sea una forma de rentabilizar su dinero.
En general, los emprendedores españoles abogan
por reducir al máximo la burocracia y el papeleo en las primeras fases de
cualquier negocio; o la falta de agilidad administrativa –las ayudas tardan
en llegar y se crean falsas expectativas–. En muchos casos resulta complicado
desarrollar un plan de negocio, porque es ficticio. Y lo lógico sería
centrarse en la propia empresa y no en comprobar si tu compañía está
registrada.
A pesar de las dificultades, los emprendedores
superan un entorno hostil y buscan socios y colaboradores que piensan de
forma distinta y que revolucionan la organización; identifican las áreas en
las que son más débiles y contratan a gente apasionada, experta en las cuestiones
que desconocen; captan empleados rupturistas para gestionar el cambio;
recompensan siempre la experimentación; comparten su visión del negocio; y
cambian su forma de ver el mundo, olvidando las visiones estereotipadas.
Presidentes con mucha
iniciativa
Ocho de los 44 presidentes estadounidenses han
sido emprendedores: Abraham Lincoln inventó un dispositivo para levantar
barcos fluviales sobre los bancos de arena y fue dueño de un gran almacén.
Con 19 años, Harding creó el periódico ‘The Marion Star’. Hoover lanzó su
propia compañía minera y Roosevelt, víctima de la polio, fundó el Roosevelt
Warm Springs Institute for Rehabilitation. Truman creó una tienda de ropa
para caballeros en Kansas, mientras que Jimmy Carter fue conocido por el
negocio del cacahuete cultivado en su granja de Plains. George Bush se unió
en Yale a su compañero John Overby para crear la firma Bush-Overby Oil
Development Co. Su hijo George prefirió el negocio del béisbol: compró los
Texas Rangers por 600.000 dólares y los vendió por 15 millones.
Crea tu sueño
Fuente:
Expansión
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miércoles, 24 de octubre de 2012
El entorno nunca es una excusa para ser emprendedor
Publicado por
leoriento
en
1:30
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Etiquetas:
EMPRENDER
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