Asociamos el término emigración con la miríada de españoles sin estudios que tuvieron que buscar oportunidades laborales de baja cualificación en la Europa de la década de 1970. Pero, a diferencia de esa migración, donde España exportó mano de obra fácil; ahora somos un productor de talento, de profesionales muy preparados que son demandados en otros países, especialmente a los pertenecientes a Europa y Suramérica.
De esta manera hemos de ser positivos y tener una visión estratégica que nos permita estudiar las oportunidades laborales que se nos ofrecen fuera. O lo que es lo mismo, debemos perder el miedo a desarrollar nuestro talento independientemente de donde sea requerido.
Una experiencia en el extranjero no sólo será enriquecedora personalmente, además será un estímulo para una futura contratación de vuelta a España. Un buen profesional con experiencia internacional siempre resultará atractivo a la hora de su contratación dada su visión cosmopolita y será un activo importante para la empresa. Lo mismo es decir que será un empujón a nuestra futura carrera de vuelta al mercado español y una clara inversión en nuestro futuro laboral.
Habitualmente mantengo conversaciones con muchos de nuestros “directivos por el mundo” y, como denominador común, todos ven sus distintas estancias en otros países como una de las experiencias más gratas, personal y laboralmente hablando que han vivido. La situación por la que pasa España se vislumbra a “vista de pájaro” y se aprecia más la oportunidad de experimentar otro país así como una cultura nueva y la ocasión de desarrollar nuestras habilidades allá donde están siendo requeridas.
Según el INE, entre enero de 2011 y septiembre de 2012 casi 118.000 españoles han decidido buscar oportunidades en otros países. De esta cifra podemos decir que sus perfiles son diametralmente opuestos a la mencionada emigración de otros tiempos. Ahora hablamos de personas realmente preparadas que son acogidas en otros mercados avalados por la excelencia laboral de nuestros directivos y su reconocido saber hacer. El directivo español siempre tiene un punto adicional que le diferencia del anglosajón: la cercanía humana a la hora de liderar tanto proyectos como equipos humanos y es esta característica la que le hace ser un perfil atractivo para otros países donde la crisis ya se ve como algo lejano.
No tengamos miedo a salir del marco de comodidad en el que vivimos, no se trata de perder nuestras raíces en un camino sin retorno, sino de aprovechar ocasiones laborales y culturales de manera que, a modo de trampolín, impulsen nuestras carreras así como tener la oportunidad de ampliar horizontes culturales y personales.
Fuente: Expansión
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