La Agencia Federal de Empleo
germana recluta en Valladolid a ingenieros, enfermeras, mecánicos...
En las
empresas españolas, de entrada, no caen bien los candidatos que acuden a una
entrevista de trabajo con traje y corbata. Los jefes de personal se mofan de
ellos con miraditas que dicen '¿te has pensado que vienes por un puesto de
directivo?'. Sin embargo, quienes se presentan vestidos de modo informal a un
proceso de selección en una empresa alemana no logran ni siquiera convencer
al vigilante de la puerta para que les deje pasar.
La primera
parte de esta anécdota la contaron en primera persona dos jóvenes ingenieros
vallisoletanos que ayer asistieron a una jornada informativa sobre cómo
encontrar empleo en Alemania. La segunda parte fue expuesta por
Carlos-Cristiano Schaaf, jurista de la Agencia Federal de Empleo del país
germano, que desentrañó para los sesenta jóvenes –y algunos que no lo eran
tanto– interesados alguno de los secretos que necesitan saber todos aquellos
que pretendan huir del lúgubre panorama laboral español en dirección a un
mercado de trabajo que está dispuesto a recibirles con los brazos abiertos.
Tanto es así,
que el propio Schaff manifestaba ayer que había venido a llevarse ya mismo «a
todo el que quiera marcharse, siempre que cumpla con los requisitos de
cualificación necesarios». En particular buscaba ingenieros industriales,
químicos, medioambientales e informáticos, mecánicos, soldadores, torneros,
cocineros, recepcionistas y médicos. También, y muy en especial, ingenieros
aeroespaciales y enfermeras. Estos ni siquiera debían cumplir con la
exigencia de conocer el idioma alemán. «Me consta que a los trabajadores
sanitarios incluso les pagan un curso para que lo aprendan una vez que ya
están trabajando», explicó Estefanía Trigo, una joven vallisoletana graduada
en Enfermería que asistió a la jornada y ya está haciendo las maletas para
emigrar al país centroeuropeo.
El Centro de
Formación Ocupacional Villabáñez fue el escenario escogido por la Red Europea
de la Movilidad Profesional (Eures), que ofrece vacantes de empleo en 31
países, para un acto organizado en colaboración con el Ecyl y el
Bundesagentur für Arbeit. La jornada, que se prolongará durante el día de
hoy, se centró ayer en cómo elaborar un currículum y una carta de
presentación satisfactorios desde el punto de vista de un empleador teutón.
«Puede que os parezca que son muy suyos, demasiado formales y con una manera
muy estructurada de hacer las cosas –advirtió Schaff a los presentes–, pero
son así y quien quiera trabajar allí tendrá que complacerles; al fin y al
cabo los Mercedes y los Porches se han inventado en Alemania y no en
Rumanía».
Amigos y enemigos
El agente de
empleo germano puso a los asistentes sobre el aviso de que «el Departamento
de Personal es el enemigo porque, además de tener mucho trabajo, tiene miedo
de cometer un error de contratación, de modo que actúa como cortafuegos para
la segunda entrevista, la que después hace el jefe». «Os harán preguntas muy
malas, estresantes, para pillaros», añadió y, para demostrarles que él había
venido como amigo, les previno: «Os pedirán que digáis cuál es vuestro peor
defecto y cuál ha sido el mayor fracaso de vuestras vidas; no pasa nada,
mentid si es necesario y no olvidéis que hay defectos que para las empresas
se vuelven cualidades, como decir que uno es perfeccionista, o impaciente».
El número de
españoles que trabajan en Alemania aumentó el 4,5% durante 2011 según
Destatis, la Oficina Federal de Estadística del país. Según el INE, a
principios de 2012 vivían allí 111.731 españoles. La red Eures de movilidad
laboral, integrada por los servicios públicos de empleo de todos los países
de la UE más Suiza, Noruega e Islandia, recogía ayer mismo en su página web
(ec.europa.eu/eures) 1.260.933 puestos vacantes, de los que 378.207 (de 3.662
empresas) correspondían a Alemania. España apenas oferta 1.340 empleos, pero encabeza
la lista de solicitantes de trabajo con currículos registrados en el portal,
con 246.738 personas. En total hay 975.135 demandantes y 29.027 empresarios
de toda Europa apuntados.
Entre los
vallisoletanos que se acercaron a la jornada informativa había como en
botica. La mayoría eran jóvenes recién licenciados, a punto de licenciarse, o
con una más o menos breve experiencia de paso por el desempleo. Pero también
los había mayores de 30, de 40 e, incluso, de 50 años. Uno de ellos se
interesó en voz alta por conocer si «las personas que aquí llaman
'overexperienced' (con demasiada experiencia) están allí igual de mal vistos
que aquí». «En Alemania la edad no es un problema –respondió Schaff–, solo lo
es la falta de cualificación».
Conocer el
idioma materno de Angela Merkel también es «súperimportante», en palabras del
técnico germano. «Por lo menos hay que ir con un nivel básico, porque no vale
decir eso de 'ya lo aprenderé allí'», les recomendó. Tratando de desmontar un
mito, defendió que «el alemán no es tan difícil como muchos piensan; solo hay
que ponerse a ello». «Empezad ya mismo a ver películas en alemán y
subtituladas en alemán; con eso y algún que otro curso, en un año tendréis un
nivel B1 o B2 y, de esa manera, encontraréis trabajo... seguro».
«Estoy dispuesto a irme a Alemania, China, o incluso a la Luna si es
preciso»
Lo que a unos
les falta, a otros les sobra. El folleto que se repartía ayer en la jornada
organizada por Eures y el Ecyl bajo el título de '¿Le gustaría trabajar en
Alemania?' decía en su portada: «Encuentre empleo de manera rápida y fácil».
Parece algo increíble, visto desde la óptica de un país que se encamina hacia
los seis millones de parados.
«Estoy
dispuesto a irme a Alemania, a China o a la Luna, si hace falta», comenta
Mario Corral, un recién licenciado en Ingeniería Industrial que ya está
estudiando alemán. No es que haya paladeado las hieles del desempleo, pero
tampoco está dispuesto a hacerlo. «Antes, en cuarto o quinto de carrera las
empresas ya venían a llamarte, mientras que ahora no encuentras nada ni
buscando a jornada completa», explica con elocuencia. Mario encontró la
jornada de ayer «demasiado teórica», pero María Reguero, ingeniera técnica
industrial, puntualiza que aunque fuese poco práctica, la información
proporcionada fue «absolutamente fiel a la realidad de Alemania». Ella lo
sabe porque hasta hace un par de meses trabajaba en la delegación de la
empresa germana Thyssen en Palencia. Ahora, ante el panorama que se le presenta,
se siente preparada para seguir a las órdenes de un jefe germano en
territorio desconocido. «No tengo ataduras familiares, cojo mi cobaya y me
voy ya mismo», confiesa.
Algo menos
lanzado se declara Francisco Peinador, un aparejador que, visto como están
las cosas, aprovecha el mortecino estado del mercado laboral español para
completar un currículum capaz de impresionar al empresario más exigente, sea
del país que sea. Se ha especializado en ingeniería de edificaciones y está a
punto de terminar arquitectura, tiene un nivel medio de alemán y domina el
inglés y el francés. «No me iría, como dicen algunos, a por cualquier cosa.
Creo que eso es un error, hay que saber a dónde, ir bien informado y
eligiendo bien el destino».
Para Nuria
Mateo, soldadora, «buscar algo desde aquí es complicado». «Pero, ¿cuál es la
alternativa? –se pregunta–. ¿Acaso te vas a ir hasta Alemania sin trabajo ni
dinero?». Por eso, una jornada como la organizada ayer en Valladolid, con
presencia de la Agencia Federal de Empleo germana, es para ella una
oportunidad que no puede dejar pasar. «Si de aquí me sale un contrato, como
sucedía con los emigrantes de los años 50, ni lo dudo», asegura. Nuria se
iría pensando «en ahorrar y esperar que pase la crisis para volver». «Dicen
que en 2017, ¿no?».
Mientras
siguen las indicaciones del fotógrafo y se colocan para la foto, varios de
ellos comentan: «Decid 'leka leka'». Por lo visto es lo que dicen los
alemanes en lugar de 'patata'. Puede ser una señal de que no están muy lejos
de cambiar la ribera del Duero por la cuenca del Danubio.
Fuente:
El Norte de Castilla
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sábado, 27 de octubre de 2012
Talentos sin miedo a emigrar
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