miércoles, 17 de octubre de 2012

El empleo universitario, basado en el conocimiento, ha seguido creciendo en España a pesar de la crisis

La economía basada en el conocimiento resiste mejor la crisis, según se desprende de los datos del Observatorio de las Actividades Basadas en el Conocimiento (ABACO) que se han presentado hoy en Valencia.

Este observatorio, proyecto conjunto de Valencia Internacional Campus of Excellence (VLC/CAMPUS) y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), en colaboración con la Fundación para la innovación tecnológica (COTEC), Fundación Telefónica y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), pone de manifiesto que las empresas están reteniendo a los factores más intensivos en conocimiento, y que el uso del capital humano más cualificado –el empleo de los universitarios- ha seguido creciendo durante la crisis.
Además, los puestos de trabajo creados se orientan cada vez en mayor medida al empleo de técnicos y especialistas. Así, mientras la economía se ha contraído, el peso del conocimiento ha aumentado y en la actualidad las rentas pagadas a los factores basados en el conocimiento –el capital humano y la maquinaria y equipos, en particular las TIC- suponen más del 55% del PIB.
Este proceso de avance del conocimiento en el tejido productivo no se ha interrumpido en España pese a la crisis, y previsiblemente se acelerará con la llegada de la recuperación, pero debería impulsarse con decisión.
Los datos muestran que el conocimiento ha sido el gran protagonista del crecimiento del PIB en la práctica totalidad de las economías avanzadas, y en la actualidad representa entre las 2/3 y 3/4 partes del PIB de las mismas.
Corea del Sur lidera la intensidad en el uso del conocimiento con más del 80% de su PIB basado en el conocimiento, seguida de Reino Unido, Países Bajos y Estados Unidos. En el otro extremo de los 18 países estudiados en el Observatorio se sitúan Australia, España y Portugal, con un peso del conocimiento inferior al 60% de su valor añadido.
Las diferencias en la intensidad con que cada país usa los factores del conocimiento se explican más por los distintos pesos del conocimiento en cada sector que por la estructura sectorial de cada país. En ese sentido, la especialización de las empresas de un país en determinadas actividades de cada sector es crucial para su aprovechamiento del conocimiento, la generación de renta y la atracción y retención del talento.
En España los activos basados en el conocimiento han ido ganando peso en el PIB –se han triplicado desde la entrada en la Unión Europea en 1986-, y en la actualidad suponen más del 55% del valor añadido. Los datos muestran que, aunque la expansión del sector de la construcción impulsó durante la última etapa expansiva el crecimiento de otros activos tradicionales, no detuvo el avance del conocimiento en los procesos productivos de la mayoría de sectores, tanto industriales como de servicios.
Con todo, y pese a los sustanciales avances, aún queda mucho camino por recorrer si se compara a España con otros países. Así, la productividad media agregada se resiente de la insuficiente utilización de los activos basados en el conocimiento y de su menor aprovechamiento, debido a la especialización de muchas empresas en actividades menos sofisticadas y escasamente generadoras de valor añadido.
Conocimiento, presente en la mayoría de los sectores
Las actividades basadas en el conocimiento ya tienen una presencia significativa en la mayoría de sectores de la economía española, pero con desigual intensidad. Las actividades especializadas en la producción de capital humano (educación) y maquinaria y equipo son altamente intensivas en conocimiento, confirmando que los activos intensivos en conocimiento lo son porque incorporan elevadas dosis del mismo en sus propios procesos productivos.
Para que el uso del conocimiento avance en la economía española es clave, más que un cambio de la estructura sectorial, que tengan lugar transformaciones en la composición de cada uno de los sectores, orientándolos hacia actividades intensivas en capital humano y tecnología. Para ello se requieren esfuerzos combinados del sistema educativo –mejorando el potencial productivo del capital humano- y del tejido productivo –mejorando el aprovechamiento del mismo-, así como de las políticas públicas –favoreciendo ambos procesos-, señalan desde ABACO.
Existe pues una triple responsabilidad: la educación debe responder a las necesidades de la industria, y los empleos ofrecidos por las empresas habrían de explotar el potencial de los titulados. De no ser así no se generará valor añadido ni los salarios aumentarán. Pero, además, las políticas públicas deben impulsar las dotaciones de recursos del conocimiento disponibles y evitar la depreciación del capital humano que se derivará de las elevadas tasas de desempleo de los jóvenes altamente cualificados.
En un momento como el actual, España debería esforzarse en impulsar el uso del conocimiento que ya está disponible y no debilitar la generación del mismo, recomiendan desde ABACO.
Avance de las actividades basadas en el conocimiento
El uso de las nuevas tecnologías (TIC) se ha intensificado notablemente en España en la última década y las actividades de I+D progresaron sustancialmente hasta la llegada de la crisis. Pese a esos avances, España tiene por delante un largo recorrido para alcanzar a las economías más avanzadas en uso de las TIC y en gasto en innovación.
Respecto al uso del capital humano, desde 1995 España ha sumado cuatro millones de ocupados con estudios superiores. Ahora bien, el 38,2% de los ocupados españoles solo tiene estudios obligatorios, un porcentaje que casi duplica la media de la UE-27 (20,8%).
Los avances en recursos humanos y puestos de trabajo altamente cualificados han sido sustanciales en España, existiendo actualmente tres millones más de empleos de alta cualificación (directivos, técnicos y profesionales) que los que había en 1995, representando ahora un tercio del total de ocupados.
¿En qué sectores se concentra esa alta cualificación?
Seis de cada diez empleados en Educación, TIC, Actividades Científicas y Técnicas y Financieras y de Seguros ocupan puestos altamente cualificados. Asimismo, el 77% de los empleados en ocupaciones altamente cualificadas tiene estudios superiores.
Entre los años 2000 y 2007 los ocupados con al menos estudios medios crecieron en más de 5,7 millones.
Asimismo, y aunque desde 2007 en España se han destruido más de 2,3 millones de empleos, en los últimos cuatro años se ha creado empleo neto para los ocupados con estudios universitarios: más de 225.000 puestos de trabajo entre 2007 y 2011. En la última década se ha incrementado el peso de los altamente cualificados y ha descendido el peso de los no cualificados, y ese proceso ha continuado durante la crisis.
Fuente: RRHH Press

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