El candidato a un empleo ha de mostrar en la entrevista de trabajo sinceridad y confianza pero también evitar preguntas directas sobre sueldo o vacaciones
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El mero hecho de conseguir una entrevista de trabajo con una tasa de paro del 25% ya es todo un logro. Pero este es solo un pequeño paso para llegar a acceder al ansiado empleo. La competencia es cada vez mayor, por lo que los candidatos han de preparar a conciencia la entrevista para superarla de forma satisfactoria. Conocer y, por consiguiente, evitar esas determinadas respuestas y actitudes que puedan dar al traste con el proceso de selección resulta básico. En este artículo se ofrecen las principales recomendaciones que ofrecen los expertos en recursos humanos, tanto del ámbito empresarial como público, para solventar con éxito la entrevista de trabajo, así como las respuestas y actitudes prohibidas durante esta prueba.
1. No preparar la entrevista
La primera recomendación que ofrece el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal), a través de la web del organismo dependiente del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, es la de preparar a fondo la entrevista, algo que mejora las posibilidades de encontrar empleo.
La impuntualidad puede ser motivo suficiente para perder toda opción en el proceso de selección laboral
Se aconseja informarse sobre la empresa, las características del puesto y, si es posible, sobre la persona que realizará la entrevista. Además, se recomienda estudiar el currículum vítae para no discrepar entre el discurso y su contenido, preparar las respuestas, buscar asesoramiento en algún amigo con buen criterio y ensayar la entrevista hasta poder desenvolverse con naturalidad.
2. Llegar tarde
Dentro del ámbito privado también se ofrecen una serie de claves para afrontar con mayores garantías la entrevista de trabajo. Desde el Observatorio del Empleo de AgioGlobal, resaltan la importancia crucial de llegar a tiempo a la cita. Y es que la impuntualidad puede ser motivo suficiente para perder toda opción en el proceso.
3. No adaptar el perfil al puesto requerido
Deben potenciarse las habilidades y aptitudes que mejor se adapten al puesto específico para el que se opta. Para ello habrá que conocer la empresa, el puesto y las tareas que se realizarán.
Como refleja el SEPE, se trata de identificar lo que espera la empresa para el nuevo puesto y adaptarse a ese perfil para ser el candidato idóneo. Por muy completo que sea un CV o un candidato, si no se amolda a las características y necesidades concretas de la oferta, será muy difícil que consiga el puesto.
4. Descuidar la imagen, el vocabulario y las expresiones
Otro de los aspectos que deben ser evitados durante cualquier proceso de selección es utilizar un vocabulario vulgar o expresiones demasiado coloquiales. Una entrevista de trabajo requiere un discurso serio, coherente y con un lenguaje apropiado y correcto.
Se debe evitar utilizar un vocabulario vulgar o expresiones demasiado coloquiales
De igual modo, no puede descuidarse la imagen, pues es la primera impresión que recibirá el entrevistador. Habrá que adaptarla también a las exigencias del puesto, sin sentirse incómodo.
5. Mostrar escasa sinceridad, confianza y actitud
En el momento de iniciar la entrevista, el candidato debe mostrarse sincero, amable y con seguridad en sí mismo. La confianza es una parte fundamental. Si alguien no confía en uno mismo, nadie más lo hará; los encargados de recursos humanos persiguen detectar este tipo de fortalezas y debilidades.
No se debe caer en el extremo de adoptar un comportamiento arrogante. Conviene que durante la charla con el entrevistador, el candidato se muestre humilde, pero confiado. Debe aguardar a que el entrevistador lleve la iniciativa, dejarle que sea él quien dé la mano en primer lugar y en ofrecer asiento, así como mantener una actitud e interés constantes en todo momento y llevar a cabo las preguntas pertinentes cuando sea conveniente.
6. No estar preparado ante preguntas habituales o conflictivas
En las entrevistas se repiten, de forma habitual, una serie de preguntas que el candidato debe preparar y ensayar. Lo habitual es que versen sobre formación académica, experiencia profesional o idiomas, pero también sobre aspectos más personales: las causas del interés en el puesto, los motivos por los que cesó su relación con su última empresa, las expectativas salariales y futuras, etc.
Han de afrontarse con tranquilidad, seguridad, sinceridad y un punto de humildad, pero potenciando las habilidades propias.
7. Inquirir sobre temas de sueldo, vacaciones o beneficios
Es un tema fundamental, pero el candidato no debe reflejar inquietud por ello, o concederle la única o máxima importancia. Inquirir desde el primer momento por el sueldo, las vacaciones o los beneficios que se esperan obtener es un error que no debe cometerse.
No se debe gesticular en exceso o cruzar los brazos, apoyarse sobre la mesa o reclinarse demasiado en el respaldo de la silla
El momento de hablar sobre ello, si se desconocen las condiciones antes, ha de iniciarlo el entrevistador. O bien cuando ofrezca la posibilidad de plantear alguna duda, al final de la entrevista. Pero hay que ser consciente de que, según la política de algunas empresas, es posible que no traten este tema en la primera prueba.
8. Mostrar una actitud nerviosa, desafiante o altiva
A lo largo de la entrevista, la actitud debe ser siempre amable, educada y reflejar interés y confianza en uno mismo y en el puesto.
Hay que despojarse de los nervios, las actitudes altivas o el tono desafiante e intentar encontrar la forma de convertir el habitual ritmo de pregunta-respuesta por un diálogo productivo en el que mostrar todas las habilidades.
9. Obviar la gestualidad
No solo debe cuidarse la expresión verbal. Los responsables de los procesos de selección buscarán obtener la máxima información posible del candidato y una de las principales fuentes de información es la comunicación gestual.
Gracias a ellas, los profesionales obtienen una gran cantidad de aptitudes y actitudes del candidato. Entre las recomendaciones destacan: reflejar seguridad en uno mismo, evitar gesticular en exceso o cruzar los brazos, apoyarse sobre la mesa o reclinarse demasiado en el respaldo de la silla y los gestos que demuestren fragilidad o confusión.
10. Hablar mal del antiguo puesto, empresa, compañeros o jefe
Es una de las salidas más recurrentes cuando el entrevistado debe explicar los motivos por los que no continuó en su último trabajo.
No puede utilizarse un lenguaje denigrante al referirse a los antiguos compañeros, empresa o jefe. Deben darse motivos razonados, evitar los descalificativos y excusas. No hay que mostrarse como un trabajador conflictivo.
Fuente: Consumer
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