Quizá sea usted uno de esos miles de profesionales que llevan largo tiempo en paro. Y es posible que su frustración vaya en aumento al comprobar, día tras día, la ineficacia de sus esfuerzos por volver a un mercado laboral en el que las soluciones tradicionales ya no sirven para afrontar los nuevos retos profesionales. Debemos hacer las cosas de un modo muy diferente a como las hacíamos antes.
Seguramente habrá comprobado que el empleo de buscar empleo se ha convertido en una complicadísima profesión en la que se requiere que usted sea un auténtico especialista, y que desarrolle nuevos métodos de búsqueda, más allá del envío de currículos, la consulta de portales de empleo e incluso la presencia en las redes sociales, que en ciertos aspectos ya son un elemento más del paisaje para quienes rastrean un empleo.
Han quedado atrás los tiempos en los que trabajar para una empresa era algo parecido al matrimonio, y una separación era algo traumático.
“Debemos ganar empleabilidad
cambiando incluso de profesión”
A nuevos tiempos, nuevos problemas, y también nuevas soluciones, sobre todo en lo que se refiere a la búsqueda de empleo. Andrés Pérez Ortega, consultor en posicionamiento personal, explica que "los profesionales debemos pensar ahora como proveedores de servicios. Todos somos empresarios aunque estemos trabajando por cuenta ajena, y eso significa que el problema de una persona que se queda en paro es que ha perdido su único cliente, que es el que le paga la nómina".
En este entorno, el parado sigue siendo tan buen o mal profesional como lo era hasta el día en que le despidieron. Y el espacio de tiempo hasta que encuentra otro cliente no se puede calificar como desempleo, sino como transición. Éste es uno de los cambios que usted debe tener en cuenta, con una nueva aproximación a la búsqueda de empleo: hay quien piensa que, en el escenario económico actual, con tanta gente con talento que está siendo despedida, no debe resultar vergonzoso indicar claramente que uno está sin trabajo. También resulta positivo un plus de autoconfianza que procede de no tener reparo en reconocer que se está en un periodo de cambio entre dos trabajos. Quizá no deberíamos hablar de parados, sino de profesionales en transición. Esto implica un estatus diferente, una nueva actitud y una dedicación específica.
Nekane Rodríguez, directora general de Lee Hecht Harrison, cree que existe un desalineamiento entre la oferta y la demanda: "No todo lo que buscan las compañías encaja con las capacidades de quienes están buscando trabajo. Cuando hay más gente que busca empleo que ofertas, el envío de currículos se convierte en una acción poco necesaria y casi ineficaz". La experta cree que los canales de acceso a un puesto se refuerzan sobre todo a través del networking, que ofrece un contacto eficaz con personas que son capaces de orientar acerca de dónde está el trabajo, y añade que "lo que más ayuda es tu valor profesional y lo que has aportado. Estamos acostumbrados a las ofertas, pero lo tradicional no funciona. Hay nuevos canales en este nuevo escenario, y se debe tener en cuenta, en primer lugar, internet, pero también cómo me vendo a mí mismo y cuál es mi reputación personal". Otro factor importante para Nekane Rodríguez es el carácter de las personas: "Todos te dicen ahora que ‘no puedes’, pero la capacidad de resiliencia resulta fundamental".
Una clave definitiva se refiere a fomentar nuestra empleabilidad. Debemos tener la mente abierta para cambiar de un sector a otro, para aprender otra profesión, incluso para estar dispuesto a cambiar de ciudad si es necesario.
María José Carpintero, directora de selección de Randstad, cree que "hay oportunidades y tenemos que ser proactivos allá donde podamos detectar alguna posibilidad de empleo. Conviene estar abierto a reciclarse y a formarse para cuando llegue esa oportunidad". En este sentido Nekane Rodríguez considera necesario "determinar cuál es nuestro valor en el mercado, qué es lo que podemos hacer mejor que los demás, y tener en cuenta qué han hecho otros que han tenido éxito en el proceso de búsqueda. El valor se puede incluso aplicar a otra profesión. Se trata de ver qué sabemos hacer, qué nos gusta y dónde podemos aplicar todo eso".
Fuente: Expansión
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