Un campo abonado para las nuevas compañías

Los emprendedores se lanzan a poner en marcha ideas relacionadas con la ecología, la sostenibilidad o las nuevas formas de obtener y aprovechar la energía. Pensar en verde es una garantía de éxito para la iniciativa de muchos emprendedores. Los proyectos que tienen que ver con el reciclado, la sostenibilidad, el aprovechamiento de la energía o las nuevas formas de obtenerla son tendencias mayoritarias y con futuro que los creadores de empresas están sabiendo aprovechar. Aparece la figura de los eco-brókeres, y una gran variedad de servicios quedan ligados al negocio sostenible. Así, StorkBrokers se presenta como un mercado comunitario que facilita a los padres la compraventa de productos y objetos infantiles usados. Otras compañías, como la californiana Seglet, conectan a propietarios de tejados con instalaciones solares con usuarios y empresas interesados en alquilarlas. La holandesa Windcentrale ofrece la oportunidad de compartir una parte de un molino local y disfrutar de la proporción correspondiente de energía verde que este produce. Es una posibilidad para muchos hogares de generar su propia energía. Cada vez más ciudadanos están concienciados con este tipo de asuntos, y esto no es sólo una actitud ecológica. También influye en las decisiones de compra y en las preferencias de los consumidores, como sucede con WindMade, que se dedica a identificar y etiquetar diferentes productos que han sido producidos utilizando la energía procedente del viento. De la misma forma que ocurre con WindMade, en los últimos años los consumidores han hecho depender sus decisiones de compra del hecho de que los productos no hayan sido probados en animales, que sean reciclables o no contengan CFC. · Las energías alternativas y su conservación suponen un filón del que se benefician multitud de nuevos negocios. Los vehículos híbridos y eléctricos son un buen ejemplo, que genera subsectores y también perfiles profesionales para satisfacer nuevas demandas. Las estaciones de carga a domicilio requerirán expertos en electricidad y en hardware, por ejemplo. Algunos ejemplos de nuevas compañías en este escenario dedican sus esfuerzos a crear infraestructuras de carga para coches eléctricos. Es el caso de SemaConnect, que ha desarrollado una solución automatizada para que los operadores de aparcamientos gestionen una red de sistemas de carga. En relación con el transporte, Skybus es una iniciativa española que se basa en vehículos inteligentes que llevan a los pasajeros donde quieren, en el momento que quieren. En los microbuses Skybus, los pasajeros viajan con otros usuarios que siguen rutas similares. · El reciclaje es otro filón. En España, la compañía Equilicuá produce Spud Raincoat, un chubasquero biodegradable hecho de fécula de patata que puede ser replantado. Hay más ejemplos que tienen que ver con el reciclaje, como CitéGreen –que se dedica a recompensar a los participantes en una comunidad online que realicen acciones positivas para el medio ambiente–; la estadounidense Envion, que ha desarrollado un sistema que puede reciclar el plástico en combustible. Un solo generador puede producir el equivalente a 50.000 barriles de petróleo. Y Greenbutts, que ha ideado una fórmula para crear un filtro de cigarrillo biodegradable que puede convertirse en una nueva planta. OAT Shoe produce calzado biodegradable que puede ser utilizado para ayudar al crecimiento de otras plantas. · Precisamente los cultivos urbanos son una oportunidad original para crear nuevos negocios. La revolución alimentaria ofrece asimismo ejemplos de proyectos originales, en los que la tendencia a crear granjas sostenibles se muestra como una de las acciones más llamativas. Hay grandes posibilidades para aquellos emprendedores que quieran responder a la intención creciente del público que desea producir sus propios alimentos. Se trata asimismo de una oportunidad de negocio para los que se denominan minipreneurs. Se pueden citar casos reales como Rooftop, que produce verduras y pescado en curiosas granjas sostenibles que aprovechan los tejados de las fábricas. Fuente: Expansión