domingo, 22 de enero de 2012

Ideas de jóvenes sobradamente preparados


No tienen miedo a equivocarse y si lo hacen cuentan con recursos para salir adelante sin soportar al jefe. Estos empresarios no superan los treinta años, alguno apenas la veintena, y han dado con la solución para acabar con el paro: crear su negocio.
¿Cuántas personas de 23 años emprenden en España? Con esta pregunta Alicia Lorenzo, una de las artífices de La huerta de tu casa, quiere manifestar su indignación por la falta de ayudas que reciben los jóvenes emprendedores en España. Sin embargo, ni son tan pocos ni tienen escasos recursos. Y si éste es el caso, renuncian a su sueldo, reinvierten todo lo que ganan o tratan de buscar debajo de las piedras para conseguir su objetivo, porque estos emprendedores de raza, ni se plantean trabajar por cuenta ajena. Ideas tienen y muy buenas, desde un portal para mejorar la marca personal con el que los estudiantes podrán acceder con mayor facilidad a un primer empleo, hasta productos mejorados con certificado médico detrás. Muchos buscan nuevas vías de inversión que les permitan financiar el negocio inicial, mientras que otros tantos se buscan la vida para innovar en algo tan tradicional como la venta online de productos ecológicos.
Generación emprendedora
En lo que todos coinciden es en la perseverancia, en la confianza en ellos mismos, en el entusiasmo y las ganas de trabajar para hacer realidad una idea. Esta nueva generación de emprendedores reacciona con iniciativas a la recesión económica que ha dejado al mercado laboral prácticamente estéril de ofertas y ha acabado con la aparente seguridad que proporcionaban las compañías tradicionales, por eso deciden construir su propio negocio. Frente a la generación Nini, aquellos jóvenes que ni estudian ni trabajan, está surgiendo otra de emprendedores que puede ser determinante.
Porque los jóvenes ya no confían en las empresas, prefieren apostar por su futuro, incluso los que tienen más sencillo conseguir un empleo. Es el caso de los creadores de Demede, tres ingenieros industriales que antes de cumplir los treinta dejaron su trabajo como asalariados para embarcarse en un negocio relacionado con la investigación. “Prefiero ser yo el que lleve las riendas de mi carrera”, confiesa Javier Roa, uno de estos jóvenes emprendedores. Tampoco llegaba a los treinta Juan Alberto Núñez cuando puso en marcha Carintia para aprovechar el filón inmobiliario de 2005 y, cuando tropezó con la crisis, sacó pecho y emprendió otra vez para adaptarse al momento.
A estos recién estrenados empresarios no les faltan ejemplos para seguir, desde Larry Page y Sergey Brin (creadores de Google) hasta Mark Zuckerberg (fundador de Facebook). El éxito que han logrado estas personalidades les ha empujado a apostar por sus propias habilidades, por sus cualidades y su formación. Incluso cuando éstas pasan por profesiones ahora denostadas.
Emprendedores de raza
1) Mochilas avaladas científicamente
"La idea llevaba varios años rondándome la cabeza", reconoce Juan Demetrio Chillarón, un joven de 30 años que ha puesto en marcha Ergonomic Product Design, una compañía dedicada al diseño y comercialización de mochilas ergonómicas de uso diario. "Apenas ha habido avances en este sector y pensé que podía crear algo que cubriera las necesidades", explica. Pero no han sido años fáciles. Desde que Demetrio Chillarón decidió hacer realidad su idea no ha parado de trabajar.
Primero desarrolló, el producto junto a un médico y ambos lo patentaron. Realizó estudios científicos en el instituto de biomecánica de Valencia, contactó con el instituto Ideas y, con la ayuda de esta institución, creó un plan de empresa. Se sucedieron los concursos: de diseño en el instituto de Igualdad; el de jóvenes emprendedores de Bancaja que logró ganar como mejor proyecto de empresa; consiguió un accésit en el día de la emprendeduría valenciana y en 2010 se hizo con el primer premio en Impulsa. Con todo, aún necesitó más de un año para conseguir los 100.000 euros de inversión inicial.
Este joven licenciado en diseño industrial por la Politécnica de Valencia sigue en pie de guerra. Ha conseguido vender su producto en Dubai, ha logrado una alianza con un fabricante asiático, estuvo dos meses en China para conocer de primera mano la fábrica y, aunque su mochila está dirigida a escolares, no descarta diversificarse hacia el deporte e, incluso, el ejército.
2) “Reinvertir es la solución para crecer”
Ni la crisis ni la explosión de la burbuja inmobiliaria han amilanado a estos jóvenes arquitectos que, a finales de 2009, dieron forma a ‘Arquitectura a la carta’, un comparador online en arquitectura, construcción, reformas y decoración. Javier Bautista estudió arquitectura técnica en Alicante y en la Escuela de Arquitectura y Tecnología de la Universidad Camilo José Cela de Madrid y en la de Monterrey de México, y confiesa que el inicio no fue fácil, “sobre todo viniendo de un sector tan técnico”. Bautista y sus socios –Jesús y Antonio Sánchez, Iván Filgueiras e Iván Alba–, tenían claro que buscar un nicho de negocio era la la solución para ejercer su profesión.
Explica que “el boom inmobiliario hizo que personas poco profesionales reformaran viviendas, por eso ahora el usuario exige calidad”. Una inversión inicial de 50.000 euros, desembolsados a partes iguales por cada uno de ellos, hicieron el resto para el desarrollo de este negocio por el que también ha apostado el capital riesgo. Doce personas, incluidos los socios, integran ‘Arquitectura a la carta’, “en la que reinvertir los beneficios es la clave para crecer más rápido”, afirma Bautista, quien dice que “el Centro Tecnológico de Carabanchel Emprende, donde estamos ubicados, es una de las pocas ayudas que hemos obtenido”.
La idea y el diseño del portal han sido fruto del ingenio de estos jóvenes, así como la decisión de optar por la franquicia para crecer. Una inversión inicial de 20.000 euros y disponer de un local a pie de calle son los requisitos para formar parte de Arquitectura a la carta.
3) “Somos competencia de Facebook”
Aún no ha terminado la carrera de ingeniería informática, pero Luis Santos es ya todo un empresario. Con sólo 24 años se ha lanzado al mundo de los negocios al fundar, junto con dos compañeros de facultad, Spartanbits, una empresa que desarrolla aplicaciones para teléfonos móviles y que en la actualidad “cuenta con más de dos millones de usuarios y compite con Facebook”, asegura Santos, CEO de la compañía.
“Empezamos en octubre de 2010 a coste cero, pues ya habíamos comenzado a hacer colaboraciones con las que conseguimos la financiación necesaria para poner la empresa en marcha”, explica Santos, un joven para quien su futuro pasaba por terminar la carrera y hacerse un hueco en alguna empresa. Un destino que se desvió hace apenas dos años, cuando realizó un curso para emprendedores que organizaba Tetuan Valley, un proyecto dirigido principalmente a estudiantes de últimos cursos de las carreras de ingeniería de telecomunicaciones e informática. Este curso despertó en Santos el gusanillo de la emprendeduría y el centro de emprendedores del ayuntamiento de Alcobendas allanó el camino burocrático al hacerse cargo de todo el papeleo que necesitaban él y sus dos compañeros de la Universidad Autónoma de Madrid para crear Spartanbits.
Santos cuenta que lo más difícil ha sido contratar gente “porque cuando buscas candidatos con un talento determinado te mueves por sueldos bastante altos y, además, muchos de los mejores se han decidido por la investigación y otros tantos son objeto de deseo de las grandes empresas del sector”. Pero nada parece quitarles a estos jóvenes las ganas de seguir adelante: “La idea es seguir con esto y conseguir que crezca. Ya trabajamos para terminales Android y nuestra intención es extendernos a todas las plataformas”. De momento, su producto estrella: ‘Go-chat para Facebook’ ya es reconocido por los usuarios como el mejor chat para Android. “Ahora ya no me imagino trabajando para otra empresa”, sentencia Santos.
4) Adaptarse, el truco para la supervivencia
Para Juan Alberto Núñez la palabra ‘adaptación’ no tiene secretos. En el año 2005, con 27 años, aprovechó la efervescencia inmobiliaria y lanzó Carintia, una empresa dedicada a construir pisos piloto y oficinas de venta de inmuebles en sesenta días. Fue una de las firmas pioneras en el montaje de la venta de promoción y trabajó para firmas como Sacyr Vallehermoso, Metrovacesa o Reyal Urbis.
Arquitecto por la Escuela de arquitectura de la Universidad Camilo José Cela, Máster en project manager y perito judicial, Núñez se embarcó en esta aventura con Carlos Fernández, abogado dedicado a la publicidad. De hecho reconoce que fue su socio quien le animó a sacar partido de la coyuntura. La inversión inicial fue de 100.000 euros y la financiación entonces no fue un problema –“antes no hacía falta todo se hacía por adelantado y la tesoreía fluía sin problema”– y la compañía creció mucho en poco tiempo: abrieron oficina en Madrid, Algeciras, Polonia y Buenos Aires y llegaron a alcanzar facturaciones de 8 millones de euros. Con la crisis llegaron los impagados y el declive de un negocio que iba viento en popa. Así llegó 2009 y Núñez aprovechó su profesión para crear Informes Técnicos de Mercado (ITM), una compañía que se dedica a hacer informes técnicos de mercado a los bancos sobre sus inmuebles. “Estamos muy vinculados a la promoción inmobiliaria y a la publicidad, dos bazas importantes para poner un precio objetivo a los inmuebles que caen en manos de las entidades financieras”, explica Núñez. Pero eso no es todo.
Este arquitecto de 33 años compagina su actividad en ITM con N+V, un estudio de arquitectura que comparte con su mujer y, no descarta poner en marcha algún otro negocio para adaptarse a la situación. Reconoce que a veces se plantea parar durante seis meses y preparar una oposición, “trabajar por cuenta ajena también tiene sus ventajas. Tienes un horario, cuando llegas a casa desconectas, un sueldo a final de mes y no pensar en facturas”, pero de momento es algo que no se plantea a medio plazo.
Fuente: Expansión

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