viernes, 20 de enero de 2012

Manual de reestructuración: decisiones dolorosas, empresas más fuertes


El drama del paro que vive la sociedad española, con una tasa de desempleo que prácticamente se ha duplicado en dos años, es una de las peores consecuencias de los procesos de reconversión y reestructuración que han sufrido innumerables compañías de nuestro tejido empresarial, y no sólo en actividades relacionadas con la construcción y el mundo inmobiliario.
Una gran parte de las empresas españolas han tenido que tomar decisiones drásticas sobre las plantillas para compensar tendencias negativas en las ventas, reducciones del margen, entrada en pérdidas, situaciones complicadas a nivel financiero, problemas de tesorería, etcétera.
Como directivos y responsables del timón de mando de la compañía, hemos de ser firmes a la hora de tomar una decisión –habitualmente dolorosa- de reestructurar la compañía; pero a la vez hemos de ser conscientes de que, por muchas connotaciones negativas que tenga este proceso, encontraremos el lado positivo en la oportunidad que se nos presenta de 'reflotar' la compañía y devolverla a la senda de la competitividad.
Sin embargo, para poder salir airosos de un proceso de reestructuración es muy importante abordar este proceso desde seis pilares, y tener en cuenta los aspectos clave en cada uno:
1.Objetivos de la reestructuración: Es fundamental diseñar correctamente el plan, realizando un análisis exhaustivo de las causas que nos han llevado a esta situación para definir acciones concretas que tengan un horizonte temporal y que nos permitan medir su impacto y su resultado, comparándolo siempre con nuestra situación inicial. El diseño de este plan, sus objetivos y su posterior hoja de ruta son fundamentales para saber qué tenemos que hacer en cada momento, y evitar futuras improvisaciones que tendrían un efecto muy negativo.
2.Adecuación de las operaciones: Es muy posible que nos enfrentemos a un ajuste importante de las operaciones: concentración de la producción, reducción de fábricas, traslado de centros productivos, cambios en el modelo organizativo y productivo, externalización de alguna fase del proceso de fabricación, etcétera. A partir de aquí, es clave medir el impacto económico a futuro y gestionar correctamente la negociación laboral, para evitar en lo posible una futura reclamación colectiva; pero sobre todo es fundamental gestionar correctamente la comunicación y la información para salir airoso de este proceso.
3.Adecuación de mi porfolio de productos y servicios: Es muy habitual que una gestión incorrecta del portfolio de productos y servicios sea una de las causas de haber llegado a esta situación. Tenemos que aprovechar la situación y reorganizar nuestra oferta para potenciar aquellos productos que tienen la mejor combinación de margen y rentabilidad, proyección a medio y largo plazo,posicionamiento e imagen de marca en el mercado y valor diferencial para el cliente. Si reestructuramos correctamente nuestra oferta, nos podremos hacer fuertes de nuevo desde la base de la compañía para volver a crecer de forma sostenible en el futuro.
4.Reestructuración financiera: Debemos analizar correctamente la estructura de costes y nuestra situación financiera para definir acciones a corto plazo que nos permitan reducir rápidamente los costes fijos y variables, pero a la vez implementar acciones a medio y largo plazo que nos permitan cambiar el modelo de financiación y liberar posibles tensiones de tesorería y de financiación.
5.Reorganización del equipo directivo: Es evidente que parte de la responsabilidad de la situación actual de la compañía radica en el equipo directivo y por tanto resulta obvio que los actuales directivos no son los más adecuados para sacarnos de esta situación. Pero también es evidente que no podemos sustituir de hoy para mañana a todo nuestro equipo. La identificación de los perfiles clave y la planificación exhaustiva de los cambios que tenemos que acometer para integrar en el equipo perfiles expertos en este tipo de procesos y que aporten otra visión y las necesarias motivación y proactividad, serán fundamentales para evitar una confrontación y luchas internas que no favorecerán en absoluto una buena gestión del proceso de reestructuración.
6.Cultura y personas: La desmotivación y visión negativa entre los trabajadores es algo comprensible en este tipo de procesos, razonable en todo caso si nos hemos visto obligados a realizar algún expediente de regulación de empleo o despidos de trabajadores. Pero por otro lado, y pensando en el futuro de la compañía, tenemos que apalancarnos en nuestra plantilla y empezar a construir el futuro sabiendo que una vez superado el proceso de reestructuración el siguiente paso será cambiar de una cultura de reestructuración a una cultura de construcción. Evidentemente esta será una de las claves del futuro, si bien es cierto que nos llevará mucho tiempo y esfuerzo conseguirlo.
Si somos capaces de gestionar correctamente todos estos frentes, nos situaremos en una situación óptima para salir con éxito del desagradable proceso de reestructuración que nos ha tocado vivir. Y también es cierto, y así lo confirma la experiencia, que si somos capaces de superar una situación complicada y adversa saldremos muy reforzados para afrontar el futuro.
Fuente: Expansión

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