La tormenta creativa puede barrerlo todo. En ocasiones, el emprendedor
apasionado con su proyecto puede perder la objetividad. Las grandes
ocurrencias, por sí solas, no son suficientes y conviene una dosis de
realismo para ‘aterrizar’ tanta fuerza imaginativa.
Para muchos,
resulta suficiente con una gran idea. Pero no basta con el motor de una
grandiosa ocurrencia para sacar adelante un proyecto. La pasión es un
elemento capital para convertir lo que amas –tu idea– en negocio, pero en
demasiadas ocasiones los emprendedores son tan apasionados de sus ideas que
pierden la objetividad. A veces, un poco de realismo, mezclado con
conocimientos del sector, formación, cierta experiencia, e información pueden
determinar el potencial verdadero de tu proyecto.
Consistencia: Cuando tengas un proyecto y creas que éste
cambiará el mundo, piensa si puede situarse en un nicho de mercado
consistente y bien definido, que resuelve un problema para el que nadie antes
que tú ha visto la solución. Analiza la demanda que puede haber de ese
producto en el mercado. Debes estar seguro de que tu iniciativa ayuda a
cubrir una necesidad.
Se trata de
resolver problemas: Si
tienes una idea, estudia el mercado y trata detectar necesidades que se
produzcan en éste. Es necesario que entiendas el mercado que has escogido, y
para ello has de hablar con expertos, usuarios y clientes. Tú debes
convertirte también en un experto. Comprueba que cuentas con los recursos
necesarios para llevar el producto desde la mesa de diseño hasta el
consumidor. Has de pregutarte si tienes suficiente perseverancia,
conocimiento, contactos, capital y otras virtudes necesarias para llevar tu
idea de la fase de diseño hasta la entrega.
Qué aportas: Piensa en tu iniciativa en términos de
producto y servicio; de beneficio para los clientes. Debes analizar la
personalidad de tu compañía y los mensajes y las promesas que estás haciendo
al público.
Tendencias: Puede ser que la gran ocurrencia que has
tenido responda a una tendencia del mercado, que tiene que ver a su vez con
una evolución o con nuevos hábitos, preferencias o gustos del público. Y éste
reacciona a cambios en el estilo de vida, los valores, la demografía o
cualquier otro fenómeno. Las tendencias terminan por crear o expandir los
nichos de mercado.
Estilos de
vida: Precisamente los
cambios en el estilo de vida son un tipo de tendencias que funcionan muy bien
en amplios segmentos del público. Y resultan ser mucho más permanentes que
las propias tendencias. Así, Starbucks supo aprovechar en su momento una
transformación en el estilo de vida al entender que sus establecimientos
dedicados al café no sólo reemplazarían a los bares, sino que transformarían
los hábitos de reunión de millones de usuarios en todo el mundo.
Centra el
foco: En los primeros
estadios de la actividad emprendedora, el creador de empresas atraviesa por
una verdadera borrachera de ideas. Tienes un montón de proyectos y estás
ansioso por probarlo todo. Pero debes centrarte si quieres construir tu
propia credibilidad. Resulta imposible que seas bueno (o el mejor) en varias
cosas diferentes. Enfócate hacia aquello en lo que eres realmente bueno. Tu
credibilidad aumenta a medida que aumenta tu experiencia en tu sector. Debes
ser el mejor en aquello que te apasiona. Por ello, busca gente que se
apasione con los objetivos que tiene la compañía. Es interesante contar con
profesionales que tengan experiencia laboral anterior que sea relevante para
lo que estás haciendo.
Relaciones: Crear una relación sólida con tus clientes
en las fases iniciales de tu actividad emprendedora resulta fundamental para
crear esa credibilidad que necesitas.
Efectividad: Una magnífica idea puede ser un negocio
ruinoso, y una muy corriente puede resultar una empresa magnífica. Interesa
ver cómo el emprendedor es capaz de resolver una demanda que el mercado está
dispuesto a pagar.
Modelo de
negocio: La clave no es la
idea, sino el modelo de negocio. No pasa nada por equivocarse, pero hay que
dedicarle mucho tiempo. Puede haber muchas ocurrencias, pero lo importante es
ejecutarlas. Esto tiene que ver con el conocimiento de un determinado sector.
Encuentra un
gran mercado: Tu
iniciativa debería tener el potencial suficiente para transformarse en una
gran compañía. Trata de encontrar un espacio que tenga pocos competidores. La
mayoría de negocios ha de tener la capacidad de internacionalizarse, y
conviene fijarse en la experiencia de un emprendedor para moverse con
facilidad en un entorno internacional.
Viabilidad del
producto: Resulta
determinante saber si tiene potencial para generar beneficios.
El equipo
marca la diferencia: Si
quieres crecer tienes que apoyarte en tus colaboradores y entender que no
puedes hacerlo todo. Aprende a delegar y no te obsesiones con la posibilidad
de que tu gente pueda cometer errores.
Capacidad de
ejecución: No
olvides que los inversores exigen al creador de empresas que busca
financiación que tenga un equipo potente capaz de ejecutar el proyecto.
Fuente: RRHH Press
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lunes, 28 de mayo de 2012
Comprueba que tu idea se convierte en un buen negocio
Publicado por
leoriento
en
8:54
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Etiquetas:
EMPRENDER
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