La sociedad está
viviendo un momento en el que todo se cuestiona: lo que hasta ahora
funcionaba ya no vale y exige un cambio para salir de esta crisis y, además,
salir en mejor posición que los competidores. William C. Taylor plantea un
decálogo que define el desafío de esta nueva época.
La crisis llegó, y dio al traste con buena parte
de lo que hasta entonces funcionaba: miles de negocios han cerrado, la
economía se ha estancado, el consumo ha bajado y la tasa de desempleo no ha
parado de subir. Con este panorama hay que volver a empezar de cero, no vale
aplicar lo que servía hasta ahora. O como dijo Albert Einstein: “Los
problemas no se pueden resolver con el mismo tipo de pensamiento que los
creó”.
Éste es el planteamiento de Hazlo
distinto y triunfa (Editorial Gestión 2000).William C. Taylor, su
autor y fundador de la revistaFast Company, pretende ser una guía para
los líderes de cualquier ámbito que aspiren a resolver los problemas de su
organización, lanzar nuevas iniciativas y replantearse la lógica del propio
liderazgo. Se trata, por tanto, de un manifiesto a favor del cambio.
Los obstáculos a menudo sirven como trampolín
para hacer algo nuevo y conseguir el éxito. Por eso, aplicar los mismos
métodos que se utilizó en el pasado no parece ser la alternativa adecuada.
Como explica Taylor: “Estoy convencido de que cada vez más ejecutivos están
empezando a reconocer en su fuero interno que la prudencia y el
conservadurismo (hacer más de lo mismo, pero con menos confianza y
convicción) son una fórmula segura para el desastre, no una fuente de
estabilidad o un refugio frente a la tormenta económica”.
No obstante, antes de ponerse manos a la obra hay
que tener en cuenta que las personas son reacias a los cambios, tienen miedo
de lo que desconocen; y por esto, aun sabiendo que los tiempos que corren
demandan nuevos conceptos de negocios y de formas de gestionarlos, las
compañías se paralizan. Superar ese miedo inicial también es una parte clave
del desafío que ahora se presenta. “Cuando sólo se tiene una hoja de cálculo
llena de previsiones en rojo, es fácil quedarse paralizado por el miedo. Pero
si se tiene temple de líder, los momentos complicados pueden ser una
magnífica oportunidad para desmarcarse y conseguir ventajas para los años
venideros”.
Con este punto de partida, el libro recoge el decálogo
de la innovación radical, es decir, las diez preguntas que todo innovador
debe responder.
¿Ve oportunidades que la competencia no ve?
Las empresas más exitosas no sólo superan a sus
rivales, sino que redefinen los términos de la competencia adoptando ideas
únicas en un mundo en el que todos piensan como los demás. Se trata de
redefinir las organizaciones.
¿Tiene ideas nuevas sobre dónde buscar nuevas ideas?
Las ideas y prácticas que son rutinarias en un
sector pueden ser revolucionarias en otro. ¿Qué mejor forma de avivar su
imaginación que buscando inspiración fuera de su área?, cuestiona Taylor.
¿Eres el mejor en algo?
Especialización, no se puede ser bueno en todo.
Hay que ser el más asequible, el más accesible, el más original o el más
transparente. Hacer las cosas de la misma forma que todos los de su sector no
conducirá al éxito.
Si su empresa cierra mañana, ¿quién la echaría de
menos y por qué?
Porque sus productos y servicios eran diferentes, por su cultura única o por su misión atractiva. Según el libro, pocas compañías responden a este criterio. Y eso, recuerda el autor, que esta pregunta es simple y profunda. “Vale la pena tomárselo en serio”.
¿Ha averiguado de qué forma la historia de su
empresa puede ayudar a configurar su futuro?
El desafío de cambio no consiste en rechazar lo
antiguo. Se trata de redefinir, reinventar el pasado. Mirar lo que se ha
hecho hasta ahora con otros ojos y plantear un plan de juego diferente para
el futuro.
¿Tiene clientes que no pueden vivir sin usted?
Si pueden vivir sin sus productos y servicios,
seguramente lo harán. Hágase imprescindible. Las organizaciones deben llegar
a ser irremplazables para sus clientes y, para ello, no basta con satisfacer
racionalmente a los consumidores. También hay que conquistarlos
emocionalmente.
¿Muestran más interés sus empleados que la
competencia?
Compromiso: empleados que comparten y expresan los valores de la compañía. “Mantener el rendimiento implica tanto cultivar un espíritu de energía, entusiasmo y compromiso como desencadenar una serie de ideas rompedoras”.
¿Está obteniendo las mejores contribuciones de
mucha gente
Los mejores genios empresariales, explica Taylor, no pretenden saberlo todo. Saben que su trabajo consiste en obtener las mejores ideas de los mejores, quienes quieran que sean y cuando sean.
¿Es consistente su compromiso con el cambio?
Saltar de un modelo de negocio a otro una y otra
vez no significa apostar por el cambio y la innovación. Toda decisión de
querer cambiar la situación debe ser firme, arraigada y comprometida con unos
valores y unos criterios.
¿Está aprendiendo tan de prisa como el mundo está
cambiando?
No deje pasar la oportunidad de aprovechar y aprender de la crisis. Es un foco de oportunidades y no deje de compartir lo que ha aprendido. “La mejor forma de demostrar su estatus de líder fuerte es enseñar a los demás lo que sabe, tanto a los clientes y a los proveedores como a los competidores directos”.
Fuente: Expansión
|
martes, 22 de mayo de 2012
Las diez preguntas que todo innovador tiene que responder
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario