lunes, 5 de diciembre de 2011

Casi 300 personas intentan sacar el carné para ejercer de portero de locales


Los aspirantes deben haber superado la ESO y presentar un certificado de penales impoluto. Es el primer examen para lograr la habilitación obligatoria para controlar el acceso a recintos
Tú pasas, tú no pasas. A la puerta de una discoteca, bar, karaoke, concierto, museo o local en el que se celebre un espectáculo público no se puede poner cualquiera. La Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas de Castilla y León de 2006 y el reglamento que regula el derecho de admisión de 2010 establecen que en los recintos de aforo superior a cien personas debe haber seguridad privada para controlar el desarrollo de la actividad y abren la puerta a la figura del «personal especializado», especialización que se garantizará mediante un permiso que expedirá la propia Junta. Ni siquiera el dueño del local, si no tiene este permiso, puede regular el acceso al recinto.
La Consejería de Fomento y Medio Ambiente, de la que depende la Agencia de Protección Civil, acaba de convocar el examen para lograr el carné profesional para ser portero de espectáculos públicos y actividades recreativas, técnicamente denominado PEPAR. Casi trescientas personas, concretamente 285 han presentado la solicitud para presentarse a las pruebas, de las que una primera purga ha dejado fuera a 85 por no cumplir con los requisitos exigidos en la convocatoria. A los aspirantes se les requiere ser mayores de edad, haber superado la Educación Secundaria Obligatoria o contar con un grado medio de Formación Profesional o equivalente, ser ciudadanos españoles, de un país de la Unión Europea o contar con permiso de residencia y trabajo en regla y presentar una hoja de antecedentes delictivos o de faltas contra las personas y el patrimonio limpia como una patena.
Un vistazo al listado provisional de solicitantes rechazados pone de manifiesto que un porcentaje significativo, en torno al 40%, son inmigrantes que no han acreditado contar con la formación académica mínima, situación que motiva también la mayor parte de las exclusiones de ciudadanos españoles. A falta de la comprobación de antecedentes penales, la segunda causa que cierra las puertas a las pruebas es la ausencia de permiso de trabajo y residencia en vigor.
Los aspirantes a obtener el carné de portero de espectáculos públicos deben superar dos pruebas. La primera, un psicotécnico para valorar la personalidad y la actitud psicológica del aspirante, que se desarrollará durante una hora y tendrá carácter eliminatorio. La segunda será un examen tipo test para evaluar los conocimientos necesarios para desempeñar correctamente sus funciones a través de cincuenta preguntas.
Las cuestiones de esta prueba teórica abordarán dos temas clásicos en cualquier oposición oficial -esta no lo es, es un examen para obtener un carné profesional-, como son la Constitución Española y el Estatuto de Autonomía. El examen puede tener preguntas sobre la responsabilidad penal y la legítima defensa, la legislación autonómica que regula los espectáculos públicos, los horarios de apertura y cierre, el derecho de admisión y el régimen sancionador. El temario aborda también el plan de emergencias que debe tener un establecimiento, las medidas de seguridad y los primeros auxilios; las prohibiciones de venta, consumo y publicidad de bebidas alcohólicas y aspectos de la legislación de prevención de drogodependencias. La última parte de los contenidos aborda la normativa sobre el ruido que se aplica a las actividades de ocio y la Ley de Igualdad entre Mujeres y Hombres de Castilla y León, junto con el plan integral de igualdad y el plan autonómico contra la violencia machista.
Funciones del portero
El portero es el encargado de prestar un servicio de admisión regulado por decreto regional desde 2010. El responsable de la puerta de un recinto de acceso público debe asegurar que la entrada de personas se produzca con fluidez y orden, facilitar el acceso a las personas con discapacidad, comprobar la edad de los clientes y negar el acceso a menores en locales y espectáculos en los que esté prohibido y, en su caso, verificar la adquisición de localidades.
A esas funciones se suma controlar que no se sobrepase el aforo autorizado o que los clientes no saquen a la calle bebidas despachadas en las barras interiores, denegar el acceso a partir del horario de cierre, prestar auxilio básico en caso de una emergencia, facilitar las inspecciones a los funcionarios acreditados para ello y avisar a los agentes de Policía o Guardia Civil en caso de incidente o alteración del orden.
Castilla y León es una de las diez comunidades que han regulado las funciones, derechos y obligaciones de los porteros que controlan el acceso a recintos de espectáculos públicos, junto con Cantabria, La Rioja, Madrid, Aragón, Cataluña y Valencia, Murcia y Baleares. La comunidad gallega, al igual que Castilla y León, tiene convocado en este momento las pruebas para obtener el carné profesional. La homologación en una comunidad no sirve para el resto. Cada una tiene su ‘título’.

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