jueves, 21 de julio de 2011

Escolares emprendedores, la mejor arma contra la crisis


Superar la brecha entre la formación universitaria y lo que demandan las empresas es posible. Hay quien piensa que fomentar el espíritu innovador en la escuela es un gran comienzo para que los futuros emprendedores conozcan cuanto antes las necesidades de un mercado laboral competitivo que cambia con rapidez.
Revisar los planes de estudio y las titulaciones universitarias es imprescindible. La mayoría de los expertos consultados coinciden en ello: los centros docentes no pueden permanecer inmóviles con sus materias y metodologías. Es preciso que se adapten a los cambios de la sociedad y del mercado. Así lo planteaba Juan Luis Martínez, ex rector de IE University, cuando defendía «un modelo de enseñanza que esté basado en la adaptabilidad, que sea flexible y dé respuestas y soluciones a las demandas tanto del mercado como de los estudiantes.»
Otra de las reivindicaciones es el trabajo conjunto de universidad y empresa. La mayoría de los planes de colaboración en este sentido están destinados a estudiantes en los últimos años de carrera, pero no debería ser sólo así. En la mayoría de las universidades, los estudiantes no pueden iniciar prácticas en empresas hasta que hayan alcanzado el ecuador de la carrera. Los expertos recomiendan que el contacto con las compañías debería empezar desde el inicio de los estudios universitarios, a través de programas de trabajo concretos que les permitan conocer el día a día en una compañía.
“Es importante una reestructuración de la oferta de estudios universitarios mirando hacia lo que necesita la sociedad.”
La clave de la formación del futuro
Expertos en formación destacan tres factores que se deberían potenciar: un acercamiento de los planes de estudio a las necesidades actuales de la sociedad; una mayor implicación y participación de las empresas en la formación práctica de los estudiantes y la creación de departamentos de desarrollo de carrera en las universidades que asesoren a los estudiantes atendiendo a sus características concretas.
Según ellos, se debe diseñar un encaje entre la educación y el mercado laboral. Es importante una reestructuración de la oferta de estudios universitarios mirando hacia lo que necesita la sociedad.
“Para encontrar soluciones aparecen iniciativas como YPD, un nuevo programa de educación nacido en España, que consiste, entre otros aspectos, en la realización de proyectos reales en función de lo que demandan las compañías hoy en día”
Iniciativas para lograr un cambio
No todo está perdido. Es evidente que la educación y la formación españolas tienen varios frentes abiertos. Y para encontrar soluciones aparecen iniciativas como YPD, un nuevo programa de educación nacido en España, que tiene una duración de dos años. Está pensado para jóvenes de entre 15 y 17 años y consiste, entre otros aspectos, en la realización de proyectos reales en función de lo que demandan las compañías hoy en día: presentaciones profesionales con vídeos ante el público para aprender a vender un producto ante una serie de clientes o crear grupos en redes sociales para llamar la atención de las empresas de su situación actual. Se les enseña a captar las necesidades que existen en el mercado y, a partir de éstas, aprenden a crear un producto según dichas demandas. Analizan qué sectores precisan de productos nuevos y se ponen manos a la obra. Asimismo, aprenden a trabajar en equipo y a comunicar en público, cualidades imprescindibles para lograr un empleo. Se trata de que reciban la formación que las universidades aportan sólo mínimamente a sus estudiantes.
Esta iniciativa es similar a la de StudenMentor.org, un servicio de mentoring de Estados Unidos que pone en contacto a los estudiantes que tienen verdaderas inquietudes de negocio con hombres de negocios que cuentan con la experiencia necesaria para ofrecer respuestas concretas y válidas. Presenta la novedad de adelantar a la fase escolar el contacto entre los emprendedores y aquellos que pueden aconsejarles.
El fundador de YPD, Franco Soldi, cree que, con esta formación adicional, los jóvenes están más preparados para la vida laboral que cualquier chico que sale de la Universidad. Se están produciendo cambios constantes, nacen profesiones nuevas todos los días y, por el contrario, el sistema está demasiado estancado. Tiene que cambiar el modelo académico.» Por ello, en programas educativos como éste se prepara antes a la gente en el mercado laboral. Otro de los objetivos es, según su fundador, «generar el suficiente ruido para que el sistema educativo se cuestione a sí mismo y vea que algo está fallando.»
Fuente: Expansión

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