Saber trabajar
en un ambiente de incertidumbre, poner en práctica nuevos métodos de trabajo,
innovar, hacer más con menos recursos… Éstas son algunas de las
características que describen el ambiente laboral de muchas empresas. Para
desenvolverse en este entorno la capacidad clave es la flexibilidad. Cualidad
que debe ser casi intrínseca a cada profesional. Sin embargo, para que
aflore, las empresas también tienen un papel determinante.
El trabajador que acata órdenes y realiza tareas
sin cuestionárselas es una especie en extinción en el entorno laboral del
siglo XXI. Las empresas, más que nunca, necesitan profesionales que aporten
todo su talento y disposición para hacer causa común y encontrar las
soluciones que ayuden a la firma a mantenerse en el mercado. Por eso, los
empleados de cualquier sector y nivel tienen que aprender a comportarse y a
trabajar de otra manera, y la herramienta fundamental es la polivalencia y la
flexibilidad.
¿Cómo se aprende a ser
flexible?
El actual entorno de laboral exige trabajar en un
ambiente de incertidumbre, donde los recursos escasean y las exigencias son
cada día mayores. La flexibilidad es básica, pero, obviamente, no es algo que
se aprende en dos días. Según los expertos en recursos humanos existen una
serie de pautas que pueden ayudarnos.
* Ser receptivo. Es fundamental aprender a
escuchar e interiorizar toda la información que nos facilitan. En este punto
también es muy importante prestar atención a las recomendaciones que se nos
hagan, no tomárselas como una ofensa y saber redirigir nuestro comportamiento
para buscar siempre la mejora.
* Perder el miedo a hablar. Si queremos que se
tenga en cuenta nuestra opinión el primer paso es alzar la voz. Perder el
miedo a hablar y expresar nuestras propuestas.
* Hacer de la prueba-error una dinámica de
trabajo. Una de las claves de la flexibilidad es saber cambiar con rapidez el
método de trabajo. Hay que salir de la zona de confort que nos da la rutina y
afrontar los cambios sin miedo. Poner en práctica nuevas estrategias y
metodologías es una experiencia que enriquece la trayectoria profesional. El
error se debe afrontar como un punto y aparte, no como un final.
* Aprender a decir no. Ser flexible no significa
aceptar siempre todo lo que se nos pide que hagamos. Hay situaciones en las
que hay que saber negarse. Lo importante es saber cuáles son nuestros límites
y explicar las causas por las que no se puede atender la petición. Siempre es
mejor un "no" antes, que incumplir lo prometido.
* Tener un lugar de trabajo adecuado. Una de las
máximas de la flexibilidad es facilitar al empleado el entorno y horario que
le permitan dar lo mejor de sí mismo. Habitualmente se relaciona con dar la
posibilidad de trabajar fuera de la oficina, ya sea desde casa o desde otro
lugar, pero también se refiere a proporcionar las herramientas adecuadas que
en muchos casos es soporte técnico.
El papel del jefe
Pero no hay que engañarse. El empleado, por muy
buenas intenciones y cualidades que tenga, no consigue nada si la empresa y,
en concreto, los jefes no le dejan realizar cambios y le facilitan un entorno
adecuado. Enrique Alcat, considera que "en cualquier trabajo es
fundamental ser transparente. Los directivos tienen que explicar qué se
quiere hacer, por qué se trabaja de una manera determinada, que objetivos se
han marcado, qué se va a hacer…Es decir, justificar la estrategia". De
esta manera, se conseguirá que el conjunto de empleados entiendan y compartan
un objetivo común. A partir del cual, podrán perfilar de qué manera pueden
colaborar.
Fernando Botella, COE de Think&Action, apunta
que hay una serie de hábitos que fundamentales que hoy deberían estar
presentes en las organizaciones. Entre ellos destaca "estar
continuamente abierto a descubrir y aprender cosas nuevas, conservando la
ilusión y el interés por lo que nos rodea. Convertirse en desarrolladores, es
decir, vivir en un proceso de reinvención continua. Y, por último, poner
todos los medios para convertirse en organizaciones líderes que crean
líderes: el empowerment es más necesario que nunca; todos dentro de la
organización, desde el recepcionista hasta el presidente, deben convertirse
en líderes".
Y el liderazgo y la participación voluntaria sólo
llegan cuando el empleado siente y comprueba que se le escucha. Para ello,
como insiste Montse Ventosa, socia de Sticky Culture, "lo importante es
confiar en ellos y darles responsabilidad. Y en nuestro país aún tenemos un
largo camino por recorrer para crear accountability, algo así como rendir
cuentas. Dotar de responsabilidad a cualquiera y fomentar que la personan
rindan cuantas por sus resultados".
Fuente:
Expansión
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martes, 6 de noviembre de 2012
Si quieres un empleo… conviértete en un trabajador flexible
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