lunes, 28 de enero de 2013

Siempre hay trabajo para el talento que se va de las compañías

Los profesionales con más talento no han perdido su atractivo. Las reestructuraciones de los últimos años han generado una bolsa de personas muy cualificadas en la que indagan las principales firmas de cazatalentos que tampoco pierden de vista a los mejores que ocupan la primera fila en las empresas. La gestión del cambio y la capacidad de adaptación son básicos para dar el salto.

Un cazatalento aún guarda en la memoria una de sus últimas búsquedas: “Un profesional de primer nivel que nos solicitó una multinacional del ámbito de servicios profesionales, y que finalmente se incorporó con una remuneración de 1,9 millones de euros”. Ofrecer las personas más cualificadas a sus clientes continúa siendo una prioridad para los headhunters que, como éste, se sienten cada vez más orgullosos de encontrar lo que demandan sus clientes; en este caso una empresa que estaba dispuesta a pagar esa remuneración porque, el candidato lo valía. Estas firmas hacen búsqueda directa y son expertas en localizar a los profesionales más preparados para llevar las riendas de las organizaciones.
“Los ingenieros son los más demandados para trabajar en el extranjero”
Los máximos responsables de una decena de empresas consultadas por EXPANSIÓN coinciden en que sí que hay talento en nuestro mercado, y que está preparado para asumir los puestos que necesitan cubrir sus clientes, los más complicados porque como asegura José Medina, socio director de Odgers Berndston, “las empresas sólo a acuden a nuestros servicios cuando no han podido dar con el mejor por su cuenta”.
Los ingenieros siguen siendo los más demandados, pero para trabajar fuera de nuestras fronteras: en un momento en el que buena parte del mundo está creciendo necesita infraestructuras. También empresas del ámbito de los servicios profesionales, tecnología, internet, renovables y energías se acercan a las principales firmas de cazatalentos en busca de profesionales que acometan sus proyectos internacionales.
Otros ámbitos que, según algunos headhunters comienzan a tirar de la demanda, son farma, ciencias de la salud y, hasta la cosmética, “a pesar de la contracción del consumo”, señala Luis Truchado, responsable de clientes internacionales de Penrhyn International. Este cazatalentos añade que los ejecutivos españoles están ahora más preparados para acometer estos proyectos: “Casi todos han aprovechado una coyuntura de escasez de oportunidades profesionales para formarse. El obstáculo del idioma también se está subsanando”.
La experiencia internacional tampoco es un hándicap. Según algunos cazatalentos en España hay profesionales que en época de bonanza se han enfrentado a situaciones de gran competencia, como las que en estos momentos se está viviendo en países en crecimiento como Chile, Colombia, México o Brasil, en los que es muy valorada su experiencia. Dominique Virchaux, recientemente nombrado director general de Korn Ferry para Francia, España y Portugal, asegura que el ejecutivo español es muy atractivo para esos mercados: “Muchos conocen Latinoamérica hace años, un valor agregado muy importante a la hora de decidirse por un candidato”. Ignacio Bao, presidente de Signium International, afirma que en esos destinos los ejecutivos pueden aspirar a un sueldo más elevado: “Una retribución de 75.000 euros en España se puede traducir fácilmente en 220.000 euros desarrollando una función similar”.
No obstante, Samuel Pimentel, socio de Ackermann Beaumont Group, afirma que, aunque parezca incongruente, una de las debilidades de los profesionales españoles es la falta de conocimiento de la crisis: “El hecho de haber estado viviendo en un Estado de bienestar sostenido, a todos los niveles, nos diferencia de los latinoamericanos, que viven crisis desde hace veinte años y saben adaptar sus planes de acción bajo esa espada de Damocles”.
“Tecnología, internet y renovables son los sectores que buscan perfiles cualificados”
El candidato perfecto
La capacidad de adaptación y gestión del cambio son precisamente las cualidades más valoradas en las empresas que quieren hacer incorporaciones a su plantilla, y ni la edad ni el hecho de no estar en activo es tabú en los procesos de selección. Álvaro Arias, socio director de Pedersen and Partners, asegura que tanto los que están en el paro como los que trabajan y se plantean cambiar de empleo, deben tener en cuenta que su talento no lo es todo: “El candidato debe ser creíble a la hora de demostrar su motivación, porque quiere acceder a ese puesto y está realmente interesado. Las compañías detectan rápidamente si el deseo de ser contratado obedece a la necesidad o al interés que despierta un nuevo proyecto. En el primer caso el profesional puede dejar en poco tiempo el puesto por otro que aporte más a su carrera. Eso es algo a lo que no se pueden arriesgar las organizaciones”.
Existen perfiles muy cualificados y las empresas saben que pueden escoger, por eso son muy exigentes con los cazatalentos y con los profesionales que incorporan a sus plantillas. Virchaux señala que ahora más que nunca el mercado quiere “gente capaz de aprender cosas nuevas y tomar decisiones gerenciales ante situaciones a las que antes no se ha enfrentado. No existe ni colega, ni libro de instrucciones que sirva de referencia”. En su opinión esto supone trabajar en equipo y actuar con firmeza pero con cierta flexibilidad, “porque vivimos un proceso de cambio y nuestro trabajo depende del momento”. En este sentido, coincide con el resto de sus homólogos en que los directivos que proceden del ámbito financiero, uno de los más castigados en los últimos dos años, tienen a su alcance una oportunidad de reciclarse y trabajar en otros ámbitos. Entre los más atractivos para el mercado menciona a los expertos en análisis de riesgo de activos.
En cuanto a la retribución, los cazatalentos también son unánimes: el mejor talento no ha bajado su cotización, las empresas están dispuestas a pagar por encima de mercado si el puesto así lo requiere. Sin embargo, los headhunters advierten que, en general, las ofertas salariales están mucho más ajustadas que en el pasado y sus clientes son mucho más exigentes en la calidad de los candidatos.
“Los que más difícil lo tienen para acceder a un nuevo puesto son aquellos que han estado trabajando durante un prolongado periodo de tiempo en la misma organización y que están acostumbrados a un sistema de trabajo y a un tipo de búsqueda de empleo que no se corresponde con los esquemas actuales”
Profesionales que se reinventan
Las personas tienen que cambiar sus perspectivas laborales y no quedarse en la línea que han mantenido hasta ahora. Hay que abrirse a otro tipo de proyectos y mejorar la capacidad de adaptación, y no sólo desde una perspectiva salarial.
Quien hace esta recomendación es Marisa Latiegui, responsable del área de directivos de Moa BPI Group, una firma de recolocación que el año pasado incrementó en un 57% el número de procesos respecto a 2011 –un 25% se debe al impacto de la reforma que obliga a contratar sus servicios si el colectivo despedido supera las 50 personas–.
Latiegui dice que el porcentaje de profesionales de alta cualificación que ha participado en alguno de sus programas es del 8%, y que los que más difícil lo tienen para acceder a un nuevo puesto son “aquellos que han estado trabajando durante un prolongado periodo de tiempo en la misma organización y que están acostumbrados a un sistema de trabajo y a un tipo de búsqueda de empleo que no se corresponde con los esquemas actuales. Estaban habituados a que fueran a buscarles; ahora hay que identificar las oportunidades y ofrecer a las empresas proyectos concretos”.
Asegura que el candidato debe ser consciente de que lo más probable es que no encuentre un puesto de la misma reponsabilidad, “tendrá que cambiar el ‘chip’ y trabajar como responsable para un proyecto concreto”. Latiegui señala el autoempleo para prestar asesoría y consultoría como una de las salidas laborales, aunque apunta que “aunque es más complejo acceder a un trabajo similar, a veces se encuentran algunas posiciones y, en el ámbito internacional es posible crecer profesionalmente y con un sueldo mejorado”.
Fuente: Expansión

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