La diferenciación, apoyada en la artesanía y la tecnología, es la llave
de acceso a un sector muy globalizado.
Cada zapato de la firma
Serena Whitehaven se fabrica a mano en un 70% de los procesos, con los
mejores materiales y hecho por expertos artesanos, que convierten cada pieza
en una obra única. Además, las clientas pueden personalizar todos los modelos
(altura del tacón, color, material) y a través de una herramienta en 3D en la
página web se visualizan las diferentes combinaciones.
Estos rasgos, unidos a los
originales diseños, son los que según Belén Ortiz, diseñadora y fundadora de
Serena Whitehaven, han permitido que, en poco más de un año, la empresa
comercialice sus diseños no sólo en España y en el resto de Europa op estados
Unidos, sino también en mercados emergentes como Hong Kong, Rusia y
Kazajistán.
El negocio que Ortiz creó
en 2011 con recursos propios junto a su hermana y su madre en Barcelona
conjuga aspectos que Fabrizio Ferrero, profesor de dirección estratégica de
negocio de IESE Business School, considera fundamentales para emprender en el
mundo de la moda: "Proyección internacional desde el inicio, desarrollo
tecnológico y cuidado de la tradición y del proceso artesanal".
Valor
diferencial
Debido a la globalización,
la evolución de la moda en la última década ha conducido al sector a un
exceso de oferta indiferenciada. Por eso, Álvaro González-Alorda, profesor
del ISEM, explica que "un requisito imprescindible para los
emprendedores es salir al mercado con propuestas que aporten verdadera
diferenciación. Una variable que va más allá del diseño. Implica también
aspectos de la gestión de la cadena de valor, como la producción, la
distribución o la sostenibilidad".
Ferrero añade como pieza
clave la importancia de invertir en comunicación. "Aunque a priori
parezca un gasto superfluo, destinar una cantidad fija a dar a conocer y
construir una marca nos reportará múltiples beneficios".
Ortiz tenía muy claro que
hacerse un hueco en un sector tan especializado como el del calzado no era
tarea fácil.
Abogada de carrera y
ligada al mundo de la consultoría, no contaba con experiencia en este campo:
"Heredé de mi abuela la pasión por los zapatos y el diseño. Decidí
convertir esa afición en un negocio aprovechando que había un nicho en el
calzado de lujo que no estaba aún cubierto en el mercado".
Ahí comenzó una ardua
tarea de estudio, investigación y toma de contacto con los fabricantes.
Finalmente se decidió por
una fábrica de Elda (Alicante) donde se elaboran sus colecciones, que
incluyen modelos desde 180 hasta 1.300 euros (de un zapato específico con
incrustaciones de cristales de Swarovski). El esfuerzo está dando sus frutos
y la firma crece rápidamente. Tiene en plantilla diez personas y el capital social
supera los 200.000 euros. Entre sus planes a corto plazo, Ortiz contempla
abrir sus propios locales y ampliar sus puntos de venta internacional.
Fuente: Expansión
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miércoles, 20 de marzo de 2013
Lujo y moda, una fórmula de negocio
Publicado por
leoriento
en
3:40
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Etiquetas:
EMPRENDER
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