“Se busca ingeniero agrónomo con nivel muy alto de idioma alemán y
experiencia demostrable en comercio internacional”. Este es sólo un ejemplo
más de cómo han evolucionado las ofertas de empleo en los últimos cinco años.
Las empresas buscan ahora
personas y no puestos que cubrir, de ahí que los anuncios para encontrar a
esos profesionales se hayan convertido en listados pormenorizados de
aptitudes, cualidades y experiencia indispensables para la selección de los
candidatos adecuados.
Filtros
Carlos de Miguel, manager de Page Personnel, considera que las ofertas que ahora encontramos en la prensa o en páginas online especializadas, “suelen ser bastante planas y, en la mayoría de los casos, se tiende a pedir de más para hacer criba”. Lo que interesa, asegura este experto, es filtrar a los aspirantes para dar con el que más se ajuste a lo que pide esa compañía o aquel que cuente con más competencias. Aún así, la situación obliga a que muchos se inscriban en anuncios para los que no tienen ninguna experiencia o formación. Para ejemplo, una oferta redactada en chino a la que se apuntaron decenas de españoles que desconocían el idioma del gigante asiático.
Craso error. Todos los
expertos consultados coinciden en advertir de lo contraproducente de esta
actuación. Nuria Esparza, directora de servicio de Adecco Office, aconseja
revisar objetivamente estos anuncios para ver si se cumple con los requisitos
para el puesto y no optar por aquellas vacantes donde sabemos que no tenemos
opciones, ya que “al candidato sólo le generará más frustración al ver que es
desestimado”.
Ofertas trampa
Leer con detenimiento
estos anuncios laborales es esencial para que no te den gato por liebre. Y
eso que ahora no se suelen maquillar estas ofertas. No obstante, hay
ocasiones en las que las firmas exageran su situación para atraer a los más
cualificados. Una estrategia que suelen poner en práctica en el apartado
descriptivo de la oferta, en el que pueden llegar a decir que están en plena
etapa de expansión cuando no han salido de las fronteras nacionales.
Puede pasar también, como
indica Julián Sánchez, engineering managing director de Experis en España,
que las firmas engorden las funciones del puesto que ofertan para hacer más
suculenta esa oferta de cara a los aspirantes más cualificados.
Vender trampas entre
líneas no es una práctica habitual, aunque, como apunta Esparza, “debemos
desconfiar de ciertas ofertas que puedan tener un origen dudoso, como
aquellas donde la retribución está muy por encima de lo que se paga en el
mercado, trabajos desde casa, anuncios en los que no aparezca el nombre de la
empresa o las ofertas que, sorprendentemente, supongan algún tipo de gasto al
candidato”.
Fuente: Expansión
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jueves, 18 de abril de 2013
Aprende a leer las ofertas de trabajo
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