En 2011 el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja confirmó en una
sentencia el despido de una trabajadora que pasaba gran parte de su horario
laboral navegando por Internet.
La empresa Iman Temporing
ETT explicó este cese disciplinario por el excesivo número de horas que
pasaba en páginas web ajenas a la labor que desempeñaba en la firma y que
afectaban tanto a la calidad de su trabajo como a su productividad.
Es difícil poner puertas
al campo y así lo demuestran las cifras. José Manuel Casado, socio fundador
de 2C Consulting, apunta que en determinadas compañías el uso de la Red es
imprescindible: el correo electrónico, las redes sociales y los portales
online pueden considerarse herramientas necesarias para ciertas empresas. No
obstante, Casado advierte que, en este tipo de firmas, los trabajadores se
pasan, de media, más de ocho horas a la semana en sitios web no relacionados
con su trabajo y alrededor de un 60% de la plantilla envía unos siete e-mails
por día.
Correo
electrónico
La mayoría de las empresas
pasan por alto las contadas ocasiones en las que su plantilla navega por la
Red para visitar páginas fuera del contexto laboral. Sin embargo, tienen
claros los parámetros para acotar el uso correcto de la web.
Una de los principales
herramientas en la oficina es el correo electrónico. Nuria Esparza, directora
de servicio de Adecco Office, admite que cada vez es más frecuente su
utilización esporádica para temas personales. Sin embargo, subraya que debe
producirse siempre en los tiempos de descanso del trabajador ya que "si
se hace un mal uso puede paralizar la actividad del empleado y supone una de
las principales distracciones en sus funciones".
Sergio de la Fuente,
consultor de MOA BPI Group, considera que los trabajadores deberían ser
responsables del empleo que dan a los instrumentos de comunicación online que
les brinda la organización porque "aunque por la ley de protección de
datos una empresa no puede leer el contenido de los correos, sí puede
contabilizar el total de envíos realizados y saber si son externos o
internos. Este hecho puede generar sospechas en según qué perfiles si el
volumen de envíos o recepciones es muy alto". Aunque lo normal es que la
consecuencia no vaya más allá de un toque de atención, si el mal uso es
generalizado puede terminar en despido.
Redes sociales
Además del e-mail,
los trabajadores tienen ahora en los entornos 2.0 otro escenario para la
distracción. El acceso a páginas como Facebook, Twitter y LinkedIn, es cada
vez más generalizado. Según el Estudio 2012 del uso de redes sociales en
España, elaborado por IAB Spain Research en colaboración con Elogia, el 78%
de los internautas utiliza estas páginas a diario. Un hábito que puede
retrasar el ritmo de trabajo o dilatar las entregas de tareas.
Para corregir esta
conducta, "el superior directo deberá advertirle de la situación,
haciéndole entender las consecuencias directas que tiene para la empresa y
para él mismo", explica Esparza. Y es que el principal temor de las
organizaciones, señala Pablo Sánchez, director financiero de Page Group, es
la fuga de información confidencial. De ahí que algunas compañías dispongan
de un servicio de espionaje. Aunque, como apunta Casado, no es una práctica
habitual ya que representa un gesto de desconfianza.
Coherencia
Algunos trabajadores ligan su email profesional a las redes sociales y cuando dejan la compañía pueden perder el acceso a su perfil social al ser eliminado el correo corporativo. Sólo hay que relacionar este correo a LinkedIn.
Fuente: Expansión
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sábado, 13 de abril de 2013
Redes sociales: los excesos se pagan con el empleo
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