Existen dos tipos de miedo: el que paraliza y el que te aboca a la
prudencia. Eres una clara víctima del primero de ellos, si empiezas a ser
consciente de que tu empleo ya no es lo que era, que no te aporta nada y te
aburre, pero no te atreves a hacer nada.
Aún a sabiendas de que el factor económico juega un papel importante
para plantearse un cambio de este calibre, Pilar Jericó, socia directora de
Be-Up, afirma que, además, el profesional debe partir de unas premisas:
"Es muy importante que conozca sus miedos para afrontarlos y que esté
convencido de que realmente es capaz de hacer otras cosas que le aportan más.
Estos factores son imprescindibles para cambiar de empleo o buscar una
actividad que de verdad te llene".
Afán de superación
Quitar importancia a ese temor que te impide seguir tu instinto es el
primer paso. "El miedo te ancla en el pasado, la forma de superarlo es
mirar al futuro", recuerda Jericó. No te lamentes de tu situación
porque, como dice José Manuel Chapado, socio de Isavia, "la única manera
de fulminar este malestar es situar el pensamiento y la emoción en el
futuro".
Se trata de imaginar cómo será tu vida diaria, qué puedes conseguir en
esa nueva actividad que quieres desarrollar, ya sea por cuenta ajena o
propia. "Este es el segundo escalón para conseguir tu objetivo: estar
más cerca de la realidad en la que quieres participar", añade Jericó.
Sin embargo, conviene que no te dejes llevar en exceso por tus emociones.
Para evitar que la balanza se incline demasiado a la emoción, Chapado
recomienda dar a conocer tus intenciones al mayor número de personas:
"Un exceso de cautela o de entusiasmo puede frenar la consecución de tu
objetivo. Por eso es bueno que compartas tus planes de futuro y contrastes
los pros y los contras".
Jericó señala que "es muy importante que el profesional esté
seguro de sus fortalezas; que recuerde su historia personal para no cometer
errores; que se abra al mundo y que busque el apoyo de otros para rebajar el
impacto del miedo". Avanzar sobre seguro, con un conocimiento previo del
terreno que se va a pisar es, para Chapado, otro factor para reducir el
vértigo ante lo desconocido: "Contar con la experiencia de otros en este
recorrido es poner luz al camino para avanzar con menos riesgos. Si te has
atrevido a dar el paso hay que caminar sin mirar atrás".
Nuevo rumbo
En un cambio profesional, lo que provoca miedo es abandonar la rutina.
Levantar el pie de la superficie conocida es el punto de vértigo que nos
obliga a retroceder y no avanzar. Para dar el paso, hay que ser capaz de
soltar: es la clave del progreso.
Fuente: Expansión
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lunes, 1 de abril de 2013
Supera el miedo a cambiar de empleo
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