Las desigualdades en el lugar de trabajo han aumentado de manera considerable en toda Europa como consecuencia de la crisis económica mundial, y continuarán aumentando a medida que más países introduzcan medidas de austeridad y reformas laborales, según un estudio publicado por la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) y co-financiado por la Comisión Europea.
El libro, titulado “Desigualdades en el trabajo durante la crisis. Testimonios de Europa”, analiza en qué medida las condiciones de trabajo, los salarios y los ingresos, el empleo y la igualdad de género, entre otros temas relacionados con el lugar de trabajo, se han deteriorado a lo largo del continente desde el comienzo de la crisis. El libro incluye datos provenientes de 30 países y 14 estudios nacionales realizados por desatacados especialistas europeos.
La obra examina, por ejemplo, cómo los países que dependieron de ajustes de flexibilidad externa, como España, han experimentado graves dificultades en el ámbito laboral. Además, saca a la luz un aspecto de la crisis muy poco documentado hasta la fecha: sus efectos macroeconómicos, a nivel de empresas, sobre diferentes categorías de trabajadores y en los ámbitos de trabajo que les afectan directamente.
Según Daniel Vaughan-Whitehead, asesor especial de la OIT, responsable de políticas salariales, profesor de Instituto de Ciencias Políticas de París y editor del libro, “el mensaje central de este volumen puede ser sintetizado en términos muy sencillos: las desigualdades en el trabajo no solo contribuyeron a desencadenar la crisis económica, sino que han empeorado como consecuencia de la misma. El sistema económico seguirá en peligro hasta que no abordemos adecuadamente este problema fundamental”.
Puntos importantes del libro
Otras conclusiones importantes del libro se refieren a aspectos tales como empleo temporal, paro juvenil, cualificación profesional y discriminación de la mujer.
Así, los trabajadores con contratos temporales se vieron fuertemente afectados por los despidos y fueron utilizados como una especie de “amortiguadores del empleo”, como muestra el ejemplo de España, donde el 90% de los puestos de trabajo perdidos era de trabajadores temporales.
Por otro lado, en la mayoría de los países europeos, las tasas de desempleo juvenil son aproximadamente el doble que las tasas de los trabajadores mayores, con incrementos más pronunciados en Estonia, Lituania y Letonia, así como en España, Irlanda y Grecia.
En cuanto a la cualificación profesional, el libro destaca que los trabajadores poco cualificados se han visto particularmente afectados por la crisis conforme las empresas manufactureras comenzaron a despedir parte de su personal.
Además, la OIT pone de relieve que, a pesar de que los hombres inicialmente se vieron más afectados por la crisis que las mujeres (6% más en los Estados bálticos, Irlanda y España), las prácticas discriminatorias contra las mujeres se han agravado a lo largo de los últimos años. Las mujeres empleadas en los sectores donde predomina la mano de obra masculina fueron las primeras en ser despedidas o en experimentar mayores recortes salariales.
Buenas prácticas
El libro cita varios ejemplos de “buenas prácticas” implementadas por los gobiernos para enfrentar el impacto de la crisis. Estas incluyen el “milagro alemán” de bajo desempleo, que se logró gracias a la ampliación de la jornada laboral reducida; el caso de Suecia, que aplicó medidas específicas para ayudar a los jóvenes a conservar sus empleos o a participar en programas de formación; y el caso de Italia, donde el sistema de “cassa integrazione” contribuyó a contener los efectos inmediatos del desempleo generado por la crisis.
El informe destaca, además, que las políticas industriales destinadas a apoyar los sectores en dificultad, como el de la construcción o el automotriz – y financiadas con fondos públicos – han sido eficaces.
Diálogo social
Los autores también apuntan el importante papel desempeñado por el diálogo social en la negociación de alternativas a los despidos, por lo general, a través de reducciones de los salarios y/o de las horas de trabajo, como en Alemania y Francia. En países donde la negociación salarial es limitada, como Estonia, Letonia y Lituania, tanto los recortes de personal como salariales fueron inmediatos e importantes.
Dependencia de la contratación temporal
El libro muestra además que los países que han dependido de la contratación temporal, como España, experimentaron graves dificultades en relación con el empleo. “La dependencia excesiva durante cerca de 20 años de la contratación temporal ha tornado al país vulnerable, provocando una caída drástica del empleo como respuesta a la recesión económica”, sostiene el libro. Si se compara con 2009, el riesgo de pobreza ha aumentado en 2 puntos porcentuales en España, hasta alcanzar el 21,8% en 2011.
Aumento de las desigualdades y freno al progreso
Las nuevas reformas laborales adoptadas en 2012 con el objetivo de estimular la competitividad, como por ejemplo la congelación del salario mínimo y los recortes en la protección social en España, la decisión de multiplicar los mecanismos a tiempo parcial en Francia, y una moderación adicional de los salarios y el incremento de los empleos de baja remuneración en Alemania y otros países, pueden acarrear como consecuencia directa el aumento de las desigualdades, de acuerdo con la publicación. Un número mayor de personas se volverá más vulnerable a futuras crisis, advierte el informe.
A largo plazo, el estudio advierte que la crisis puede detener los progresos alcanzados en Europa en relación con el empleo y las condiciones de trabajo. Por ejemplo, afirma que la disminución del gasto en formación a nivel de empresa, junto a la reducción de los programas de formación financiados por el Estado, tendrá efectos negativos a largo plazo.
Fuente: RRHH Press
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martes, 28 de febrero de 2012
Las reformas laborales y las medidas de austeridad incrementarán las desigualdades en el lugar de trabajo, según la OIT
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