viernes, 24 de febrero de 2012

¿Pensará la CEOE que la culpa del paro la tienen los parados?


Si hace unos días un alto cargo de la CEOE, el Sr Feito tuvo la ocurrencia de manifestar que se debería retirar la prestación a aquel desempleado que se le ofreciese un puesto de trabajo “aunque fuese en Laponia”, ahora el presidente de la patronal, Juan Rosell se despacha comentando que curiosamente los parados consiguen trabajo cuando les falta un mes para terminar de cobrar el paro...¿Será ignorancia o mala fe?
La cuestión está clara. A los dirigentes de los empresarios españoles les preocupa mucho el paro y las personas que lo padecen. Si no, no se entiende tanta manifestación mentirosa y demagógica sobre lo que representa la prestación que reciben los más "afortunados". De hecho, pareciera que están más preocupados por esta cuestión que, por ejemplo, por los problemas sociales, familiares, psicológicos que sufren las personas sin trabajo en estos duros momentos de crisis.
Incluso, da la impresión que la culpa del paro se deba a esos trabajadores “listos” que prefieren cobrar sin trabajar antes de “levantar el país con sangre, sudor y lágrimas”. De hecho, si viniera un ciudadano por ejemplo de Azerbaiyán estos días por España, bien podría interpretar que existen cientos de ofertas de empleo que no se cubren mientras los españoles preferimos dedicarnos a la dolce vita del subsidio.
Por supuesto nada dicen de empresarios, como Diaz Ferrán, otrora presidente de los empresarios españoles, que llevó a la quiebra a su empresa y está en proceso judicial por unos manejos de dinero nada claros, o de la familia Ruiz Mateos que también se encuentra ahora en serios aprietos por una gestión empresarial como mínimo poco ética. Tampoco les hemos oído hablar de todos esos empresarios que se han forrado en la época de la burbuja inmobiliaria y en lugar de reinvertirlo en otros sectores productivos, han preferido llevarse el dinero a paraísos fiscales o poco dicen de los que se han forrado en los casos de los EREs en Andalucía, de la Gurtel en Valencia, de Urdangarín y Matas en Mallorca o el caso que se investiga de José Blanco en Galicia, por citar sólo algunos ejemplos.
Seguramente todas esas circunstancias para ellos sean anecdóticas, incluso se enfadarán si generalizamos sobre el sector empresarial de este país. Y no les faltará razón. Tanta razón llevan como que medio millón de pequeños empresarios han tenido que cerrar sus negocios durante la crisis y se han quedado en el paro sin derecho a prestación. ¿Esos también quieren vivir de la dolce vita? Porque hasta hace poco eran compañeros suyos aunque ustedes les miren por encima de esos hombros de grandes “magnates”.
Las generalizaciones son siempre injustas y en este caso, muchísimo más porque van dirigidas a un colectivo que son las auténticas y más dramáticas víctimas de esta crisis que ninguno de nosotros ha generado. No sabemos si los srs Feito y Rossell desconocen que un millón y medio de españoles ya no reciben ningún tipo de subsidio y por tanto, no pueden esperar al último mes para encontrar trabajo porque ese periodo ya pasó hace mucho tiempo.
Quizás no leen los periódicos cuando Cáritas lanza una voz de alarma sobre la pobreza en nuestro país que se encuentra en porcentajes tan sumamente grandes que sólo Rumanía y Letonia están equiparadas en esa negra estadística. Vamos a ser buenos y pensar que son unos ignorantes porque la alternativa es calificarles de ruínes si pretenden disfrazar la realidad de millones de personas.
Una última posibilidad puede ser el autoengaño. En psicología, muchas veces uno tiende a no ver la realidad cuando ésta es espantosa y podemos tener un cierto sentimiento de culpabilidad sobre lo ocurrido. Lo que ocurre es que para eso, debemos estar hablando de seres humanos con sentimientos y me da que estos grandes pensadores empresariales no tienen de eso.
Seguramente, les sería mucho más práctico cargar las tintas contra esos bancos que por brutales errores, han cerrado el grifo de la financiación a las empresas, a esas administraciones que se han dedicado a los grandes fastos mientras dejaban deudas millonarias a muchos profesionales. Pero claro, eso no interesa, es mucho más fácil cargar contra el más débil, contra aquel que no te puede retirar de la poltrona.
Y a todo esto, ¿las organizaciones empresariales en cada provincia, adscritas a la CEOE, no tienen constancia de empresas de economía sumergida en su zona? Hay ciudades donde es vox populi la existencia de fábricas clandestinas o cualquier otro tipo de negocio. De eso tampoco les escuchamos hablar a estos prebostes. Total les parecerá más rentable retirar una prestación de 800 o 1.000 euros a un desempleado que reflotar los miles de millones de este tipo de negocios que no tienen control de la hacienda pública.
Al final, nos van a terminar convenciendo de que nosotros, en realidad, somos los culpables de la crisis. Como en aquella terrible época en la que un hombre pegaba a su mujer y el entorno comentaba que “algo habría hecho la víctima”. Esto suena parecido, por no decir igual...
Fuente: Portalparados

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