Parados dispuestos a reconvertir su profesión o a cambiar de actividad y jóvenes recién titulados son los más interesados en emprender en el medio rural. Las nuevas tecnologías y, en algunos casos, las infraestructuras son algunas de las herramientas que necesitan para poner en marcha su negocio.
"Cada vez hay más movimiento" y "es un buen síntoma que sigan llegando solicitudes de asesoramiento de gente con ganas de formarse y de emprender en el medio rural", ha asegurado el responsable de "Emprender para Conservar", Gonzalo González, en el primer encuentro de la Red de innovadores rurales.
Las nuevas tecnologías y, en algunos casos, las infraestructuras son algunas de las herramientas que necesitan para poner en marcha su negocio, aunque "la principal barrera es el cambio de mentalidad", ha subrayado. Y ha recordado que ya se han creado 16 empresas gracias a "Emprender para conservar" y que es importante fomentar estos negocios "porque mantener un tejido empresarial y unos pueblos vivos nos interesa a todos".
En el marco de este proyecto, en el que ha participado la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente y Fundación Biodiversidad, se ha elaborado una guía virtual para emprendimiento sostenible en la que se explican los conceptos básicos como el plan de negocio, la estrategia, la financiación o las formas jurídicas de constitución e empresas.
Además, cinco emprendedores han compartido sus experiencias de negocio en distintos puntos de España.
Juan Luis Royuela se dedicaba a la publicidad hasta que en 2010 perdió su empleo y compró una fábrica de quesos artesanos que estaba a punto de cerrar en Fresnedillas de la Oliva (Madrid). La principal dificultad, la financiera, la solventó con recursos propios, y ha creado un negocio en el que ya trabajan cuatro personas y con el que busca ofrecer "un valor añadido, especialmente fijar población en el medio rural".
Rubén Valbuena, doctor en Geografía, trabajaba para la Organización de Naciones Unidas (ONU) y vivía con su mujer y sus cuatro hijos en Francia hasta que decidieron dar un giro a sus vidas y crear "Granja Cantagrullas", un negocio en un pueblo de sólo ocho habitantes en el sur de Valladolid. La idea surgió cuando la explotación ganadera familiar necesitó evolucionar para seguir siendo rentable y la pareja decidió alterar el orden de sus prioridades.
Por su parte, Lucía Molet decidió "huir de Madrid", donde no conseguía un empleo pese a estar bien formada, cuando encontró una casa en un bosque cercano a Madrid donde ha puesto en marcha el proyecto "Descubrimiento en el bosque". En este lugar organiza cursos de desarrollo personal y de formación para emprendedores, una actividad que también plantea trasladar a un albergue rural que tiene previsto crear en breve.
"Animal Nature" es el proyecto de escuela de entrenadores de animales que Carlos Bueren ha puesto en marcha en Torrelodones (Madrid), tras formarse y trabajar durante más de una década, tanto en España como en el extranjero. Bueren ha explicado que combinan actividades educativas con la formación de entrenadores y otras más sociales como terapias en centros de niños con discapacidad o adaptación de animales para asistencia a personas ciegas o sordas.
Por su parte, Miguel López ha rehabilitado una casa rural en Bermellar (Salamanca), ya que vio "como una gran oportunidad" que en la zona hubiera más demanda que oferta. Además, ha creado "ArribesPark", una asociación para desarrollar actividades en este entorno natural.
Fuente: Expansión
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martes, 21 de febrero de 2012
Desempleados y jóvenes titulados buscan una oportunidad en el mundo rural
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