¿Y quién tuvo en cuenta a los opositores que se preparan para ser profesores?

Esta semana, por sorpresa, el Boletín Oficial del Estado publicaba la derogación del temario para las oposiciones de los futuros profesores de secundaria en nuestro país. De esta manera, se eliminaban los temas aprobados por el anterior ministro de Educación el pasado mes de noviembre. Se vuelve al temario anterior, el mismo desde 1.993 que según el actual responsable de este departamento, José Ignacio Wert, garantiza una mayor calidad en el proceso. Me imagino la cara de “tontos”, con perdón, que se les quedó a los miles de opositores que llevan meses preparando la prueba para obtener una plaza fija en algún colegio. En su mano, estará el futuro de la educación de los niños del futuro y no nos debe resultar indiferente la forma en la que se seleccionan esos profesionales. Parto de una base importante. Yo no soy pedagogo. Soy incapaz de determinar si los temarios aprobados en noviembre por el ministro Gabilondo son peores o mejores que los anteriores. Es verdad que la educación ha cambiado enormemente desde 1.993 y parece lógico que se vayan adaptando las pruebas a realidades como las nuevas tecnologías, la globalización, los problemas del cambio climático, etc. Sin embargo, no soy capaz de saber si la solución a todo eso, eran los nuevos temarios. En ese sentido, hay voces mucho más capacitadas para opinar y ya lo están haciendo desde el primer día. Pero sí puedo opinar sobre una cuestión que puede ser de sentido común. Hemos criticado la falta de un gran acuerdo educativo entre los dos grandes partidos que permita no cambiar de modelo cada cuatro u otro años. Eso es un desastre y los resultados de nuestros chavales lo avalan. Algo parecido ha ocurrido con el problema planteado a los opositores esta semana. ¿Tan difícil resulta que se pongan de acuerdo los dos grandes partidos con la comunidad educativa sobre la mejor manera de elegir a los futuros profesores? Si realmente esto es así, los ciudadanos deberíamos plantearnos la posibilidad de echarles a patadas por incapaces, cortos de miras y prepotentes. Ya el Gobierno de Zapatero derogó en 2004 una gran parte de la ley educativa aprobada por el Ejecutivo de Aznar unos meses antes. Ahora parece que Wert les ha devuelto la pelota aunque la bofetada la hayamos recibido los ciudadanos, y en concreto los que llevan desde el verano pasado estudiando las materias que les exigía la nueva normativa. Los egoísmos políticos de unos y de otros nos conducen al caos. Y ya no sólo en la educación formal, lo podemos aplicar igualmente en los programas de formación para el empleo que conocemos en primera persona todos aquellos que visitamos esta web. Ahora incluso nos anuncian en la Reforma Laboral que van a impulsar un nuevo modelo pero como lo ha impulsado el PP, y sólo el PP, cambiará cuando gobiernen en un futuro los contrarios. Yo no sé si Gabilondo negoció con la comunidad educativa y con las comunidades autónomas, como dicen los socialistas, pero sí está meridianamente claro que el actual Ministro no ha contado absolutamente con nadie para borrarlos de un plumazo. Algunos afirman que es una venganza contra las comunidades autónomas que van a convocar oposiciones en contra del criterio que les recomendó recientemente. A nosotros nos daría particularmente igual esas peleas barriobajeras entre unos y otros si no fuera porque la venganza, si es que existe, la van a pagar los ciudadanos, los opositores. ¿Quién pensó en ellos? Absolutamente nadie. Ni el gobierno anterior que cambió el temario semanas antes de dejar el poder ni el gobierno actual que ni siquiera les consultó la derogación. Y así son nuestros políticos. Deberían gobernar para los ciudadanos y no contra ellos. A veces, por no decir muchas veces, da la impresión contraria. Desde luego, los aspirantes a profesores de las comunidades que convocan este año las pruebas, han perdido unos meses valiosos, como si su tiempo no contase, como si las decisiones no afectasen a personas de carne y hueso que quizás tengan el dinero justo para optar a una de estas plazas. En fín que esperemos que algún día la política esté al servicio de la gente de verdad. Fuente: Portalparados