martes, 14 de febrero de 2012

Un 65% de los jóvenes españoles está dispuesto a cambiar de país por un trabajo


Un 65% de los trabajadores españoles de entre 18 y 25 años de edad está dispuesto a cambiar de país por un trabajo, según el Estudio de Movilidad Internacional Laboral del especialista en Recursos Humanos Randstad.
Cuanto más joven es el profesional, más predisposición tiene hacia la movilidad laboral, una percepción que ha subido dieciséis puntos porcentuales respecto a 2011. Pero la movilidad es un concepto también mayoritario en los trabajadores de entre 26 y 40 años, de los que un 61% cambiaría de país por un empleo.
Esta percepción cae según aumenta el tiempo de vida, ya que baja hasta el 50% para los españoles de 41 a 55 años e, incluso, hasta el 26% si se pregunta por esta materia a aquellos que se encuentran más cerca de la edad de jubilación.
De hecho, desde 2008 se han marchado de España más de 300.000 jóvenes españoles, según un estudio elaborado por Fenac (Federación Nacional de Asociaciones de Consultoría), lo cual se refrenda con los datos de paro de la población menor de 25 años (47%) y que se sitúa más del doble por encima de la media europea (9,8%).
Los jóvenes extremeños, los más móviles
Asimismo, el informe también analiza el deseo de los jóvenes de cambiar de país en función de las diferentes comunidades autónomas en la que residan. En este ranking elaborado por Randstad destacan extremeños (87%), madrileños (86%) y vascos (70%) como los más dispuestos a salir de España en busca de una oportunidad profesional. Tras ellos, se sitúan asturianos (69%), manchegos (67%) y murcianos (66%).
En el lado contrario de la balanza, canarios (45%), castellano-leoneses (51%) y navarros (53%) se presentan como los jóvenes españoles menos proclives a la hora de abordar una experiencia laboral en el extranjero, a los que siguen andaluces (57%), valencianos (57%) y catalanes (63%).
Saldo migratorio negativo
Actualmente, seis de cada diez encuestados en edad de trabajar (60%) admiten que saldrían del país en busca de una oportunidad laboral, frente al 42% que así lo afirmaba en 2011, lo que supone un incremento natural si se comprueban las cifras oficiales. Por primera vez en la década, España registra un saldo migratorio negativo, ya que durante el año pasado se marcharon más personas (507.740) de las que llegaron (417.523), según datos del INE.
Con un paro del 21,52% los desempleados son los más rotundos ante esta posibilidad. De hecho, un 62% reconoce que abandonaría España en busca de una oportunidad profesional, una cifra idéntica a la registrada hace doce meses, pero que sigue por encima de la que muestran los trabajadores en activo (58%), y que subraya la impresión que tienen muchos ciudadanos de tener que cambiar de residencia para lograr un mayor grado de ‘empleabilidad’. En la percepción de estos últimos se refleja un incremento de veinte puntos porcentuales, ya que el año pasado fue del 38%.
Las razones económicas, las prioridades para emigrar
Los motivos son varios, pero uno prevalece sobre el resto. La actual situación económica (60%) se ha convertido en el principal reclamo para que los españoles opten por el extranjero, ya que la falta de oportunidades se ha convertido en un problema para muchos profesionales que quieren encontrar un puesto de trabajo. En cualquier caso, no son los únicos. Para los encuestados por Randstad, la posibilidad de encontrar nuevos retos profesionales (11%) también es un factor a tener en cuenta para salir de España.
En esta línea, la formación también ocupa un papel importante, ya que un 10% asegura que cambiaría de país con el objetivo de aprender un idioma nuevo, lo cual no se circunscribe tanto a la necesidad de un puesto de trabajo sino a la preparación de cara a futuros retos laborales y que, además, se suele identificar con el colectivo más joven. Los hombres más proclives que las mujeres
En cuanto al género, el Estudio de Movilidad Laboral de Randstad también detecta diferencias. Los hombres españoles (65%) están más dispuestos que las mujeres (55%) a la hora de comenzar una nueva etapa profesional en un país extranjero, aunque la muestra detecta un matiz, ya que es entre las mujeres donde más ha crecido en el último año esta percepción, con un incremento del 13%, frente al 7% de los varones. Este hecho indica una tendencia de las mujeres cada vez mayor en aras de una incorporación plena dentro del mercado laboral, logrando además una dimensión profesional más móvil que hace unos años.
Mayor nivel formativo, más intención de cambio
Los ciudadanos con estudios universitarios (69%) son los más proclives a salir del país por un puesto de trabajo y de hecho, esta percepción ha subido veintitrés puntos porcentuales en el último año. Datos oficiales revelan una nueva fase migratoria protagonizada por españoles de alta cualificación que no pueden desarrollar sus carreras en España y en el que destacan profesionales de la investigación, la comunicación o la gestión empresarial, entre otros.
Tras ellos, y en esta línea, también los profesionales con un nivel formativo medio (59%) y sin formación (59%) se decantan por el extranjero como alternativa al problema del desempleo en nuestro país, aunque es en estos últimos donde también ha aumentado esta percepción, con un incremento en los últimos doce meses del 14%. Y es que son las personas sin formación las que están encontrando más problemas a la hora de acceder a un empleo.
Los extranjeros, los más interesados en salir de España
En materia de nacionalidad el Estudio Internacional de Movilidad Laboral de Randstad también detecta cambios. Actualmente son más los trabajadores extranjeros (71%) los que cambiarían de país en busca de un empleo, ya que incluso ha registrado un aumento del 16 puntos porcentuales respecto a 2011. Estas cifras concuerdan con los datos oficiales en el que se muestra cómo durante el año pasado se marcharon de España 445.130 inmigrantes.
La encuesta elaborada por Randstad establece como conclusión el perfil de la persona interesada en redirigir su carrera profesional hacia el ámbito internacional. Se trata de un hombre, con estudios superiores, en paro y con una edad comprendida entre los 18 y los 25 años.
Fuente: RRHH Press

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